miércoles, 31 de agosto de 2016
Vencedores y confiados
Al ver un programa de “National Geographic Channel”, me di cuenta de cómo es la paz que el mundo ofrece a las personas. Jesús pronunció unas palabras acerca de la paz, que confrontan la seguridad que brinda este mundo. Él dijo: “La paz les dejo, mi paz les doy; yo no la doy como el mundo la da. No dejen que su corazón se turbe y tenga miedo” (Jn 14:7 RVC). En el programa veía cómo hermosas familias, con una hermosa casa y muchas comodidades, sufrían una serie de delirios y psicosis apocalípticas.
Padres atormentados por supuestos desastres que se avecinan en el mundo, por pestes que en “cualquier momento” se estarían por desatar, preparándose para la guerra y la hambruna. Armaban habitaciones y sótanos llenas de provisiones. Angustiados, haciendo simulacros de cómo deberían desenvolverse en el caso de que se desatara una epidemia mundial. Poniendo gorros de protección, barbijos, trajes especiales, desinfectantes de todo tipo y cubriendo su casa de los supuestos infectados que podrían acercarse a su puerta. En fin, el paisaje de esa ciudad, era realmente hermoso, tal vez, la casa soñada por muchos. Sin embargo, ni ese paisaje, ni su estabilidad económica, les podían brindar paz a estas familias, principalmente a los padres, que eran quienes cargaban con este delirio en sus almas.
Resonaron en mi mente estas palabras del Señor: “La paz les dejo, mi paz les doy; yo no la doy como el mundo la da”. La paz que el mundo nos ofrece es como una débil cuerda en la que pende nuestra vida, una débil cuerda que siempre esta a punto de cortarse. Aquellos que confían en las cosas que brinda el mundo, difícilmente logren una paz profunda y duradera. Porque siempre que resuelvan asegurarse en algo, aparecerá otra amenaza que desestabilizará sus vidas.
Si temes que tu pareja te deje o se muera, debes entregar eso en las manos de Dios. Si temes a la enfermedad, a las desgracias, a la pobreza, al fracaso, al desempleo, a la soledad, al rechazo, o lo que te puedan hacer las personas, debes entregar esto en las manos de Dios y el te guardará más de lo que puedas imaginar.
Nosotros no podemos pretender controlar las catástrofes del mundo, ni las pestes destructoras, ni los accidentes, ni aun ciertas cosas m{as pequeñas . Y aunque pongamos mucho empeño en controlarlo todo, tampoco el mundo nos puede brindar una paz 100% efectiva. Por eso nuestra paz es estar en las manos de Dios, confiar en su presencia, en su poder infinito, en su amor incondicional, Él nos brinda una seguridad eterna.
Sabemos que nosotros hacemos nuestra parte de ser prudentes, y todo lo demás, lo que no podemos controlar, esta en manos de Dios. Él es nuestra confianza. En proverbios 14:26 nos dice: “El temor del Señor infunde plena confianza, y da esperanza a nuestros hijos”. Deja de confiar en la seguridad que brinda este mundo, antes, entrega tu vida completa en las manos de Dios y te ayudará en cada paso. Aunque tengamos que pasar por momentos difíciles, Él estará ahí para ayudarnos.
Confiar no es imprudencia
Confianza en Dios no es ser imprudentes, es reconocer que somos humanos y que no podremos controlar el universo, ni lo invisible, ni los virus, ni las maquinaciones de los malvados, ni las armas nucleares, ni las catástrofes del clima, ni el movimiento de los astros que amenazan el planeta. Confianza es tener la plena certeza de que “Dios me guarda donde quiera que vaya”. Cuando el Señor es lo primero en tu corazón y en tu vida, cuando sabes que tu familia es feliz porque Dios es tu alto refugio, cuando aceptas el hecho de que no hay nada más sensato que confiar en Dios, y decides renunciar a la incredulidad, es cuando eres verdaderamente libre. Cuando aceptamos la verdad de lo que dice la palabra de Dios, es cuando la fe se transforma en nuestro escudo.
“(…) levanten el escudo de la fe para detener las flechas encendidas del diablo”. Efesios 6:16
Fe es obediencia
La fe genuina despierta obediencia a Dios. Hay cristianos que se hacen llamar cristianos, pero actúan como si fueran ateos, no ponen su confianza en Dios en ningún momento, aun teniendo todos los seguros médicos y poniendo servicios de cobertura de seguridad en todas sus cosas, no pueden vivir en paz, porque esas cosas en si, no son las que brindan la plena seguridad. La paz espiritual que nos brinda el Señor es la que llena el corazón y nos quita los pensamientos de temor; tengamos pocos, ninguno o todos los seguros contratados.
Estas familias que nombre al principio, no tenían ninguna prueba de especialistas y científicos que les hayan demostrado que ocurrirían ciertas catástrofes, incluso los especialistas les decían que no había probabilidades de que eso suceda. Sin embargo lo creían igual, y esperaban lo peor, es como una fe negativa, ciega y ridícula. Muchas de estas personas han creído cosas equivocadas y el temor pasó a controlar sus vidas, otras han vivido situaciones traumáticas que jamás han podido superar.
Tener nuestra mente llena de los pensamientos de Dios, escuchar el susurro del Espíritu Santo en nuestro corazón, leer su palabra y creerla, tener en nuestra boca la fe, rechazando, renunciando y resistiendo los pensamientos negativos, es darle la bienvenida a Jesús a nuestro diario vivir. Dios vive en nosotros y es el mayor poder del universo, debemos vivir siendo conscientes de Cristo en nosotros.
En Deuteronomio 28, las bendiciones a la obediencia, se nos resume en el versículo 6 y 7 un promesa de Dios, si somos obedientes:
“Vayas donde vayas y en todo lo que hagas, serás bendito.
El Señor vencerá a tus enemigos cuando te ataquen. ¡Saldrán a atacarte de una sola dirección, pero se dispersarán por siete!” Dt. 28:6-7
Declara hoy una oración para una plena confianza:
“Señor Jesús declaro que tu eres mi alto refugio, mi pronto auxilio en las tribulaciones. Renuncio a confiar en la seguridad que el mundo me da, antes recibo la paz que tú me das. Abro mi corazón a tus promesas, declaro para mi lo que dice Deuteronomio 28 verso 6 que vaya donde vaya y haga lo que haga, seré bendito, lo declaro en el nombre de Jesús. Amén”
lunes, 29 de agosto de 2016
Escudriñar
porque Jehová escudriña los corazones de todos, y entiende todo intento de los pensamientos. (...)” 1 Crónicas 28:9
Muchos se preguntan ¿Porque hay cosas que busco y deseo, pero no puedo recibir de ninguna forma? Y la respuesta, la mayoría de las veces es: porque hay algo mal en nuestro corazón. Dios examina minuciosa y profundamente nuestros corazones, lo que anida nuestro ser en lo oculto, en lo más profundo, es el mayor interés de Dios. Nada le importa tanto a Dios como las actitudes de nuestro corazón. Pienso que esta es una revelación que va a cambiar la vida de muchas personas. No es fácil darse cuenta lo que nos pasa interiormente, pensamos que nos conocemos, sin embargo hacemos muchas cosas malas, que no podemos aceptar o ver claramente que están equivocadas. Él quiere quitarlas, no nos puede usar grandemente, ni bendecir en ese estado. La mayoría de las veces somos víctimas de nosotros mismos. Nadie más tiene la culpa, nadie puede dañarnos más que nosotros mismos. El libro de proverbios nos muestra esto en dos versos claves:
“Todos los caminos del hombre son limpios en su propia opinión;
Pero Jehová pesa los espíritus”. Proverbios 16:2 (RV60)
“Todo camino del hombre es recto en su propia opinión;
Pero Jehová pesa los corazones.” Proverbios 21:2 (RV60)
La palabra peso se puede entender como que hay algo dentro del corazón que debe ser quitado, los pecados en el corazón producen un peso que no es apropiado para Dios, esta carga contaminante es la que impide el fluir de la bendición en una persona. (Dn. 5:27; Núm. 11:14;He. 12:1-2)
Otras versiones cambian la palabra peso, por juzgar. Dios juzga los corazones, mide las intenciones, la nueva versión internacional dice:
“A cada uno le parece correcto su proceder, pero el Señor juzga los motivos”. Prov. 16:2
Hay algo detrás de nuestras palabras y actos que solo Dios puede ver y juzgar correctamente.
El Señor “Juzga los motivos”
Puedes ir a dar una ayuda a alguien, pero el Señor juzga los motivos. Puedes no dar una ayuda a alguien, pero el Señor juzga los motivos. Puedes parecer egoísta o parecer generoso, pero el Señor juzga los motivos. Puedes parecer humilde o parecer orgulloso, pero el Señor es el que juzga los corazones. Solo él conoce profundamente los corazones.
“Más el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos”. Romanos 8:27
Nos erigimos en jueces de los demás alegando, que debería y que no debería recibir cada uno, pero Dios ve más claro y más profundo que nosotros y él paga a cada uno según sus obras.
En Apocalipsis 2:23 dice: “(...) y todas las iglesias sabrán que yo soy el que escudriña la mente y el corazón; y os daré a cada uno según vuestras obras”.
Pero ¿Cuál es la base de la maldad y el pecado? la respuesta es la arrogancia, que también podemos llamar orgullo o soberbia.
“Altivo, arrogante y escarnecedor son los nombres del que obra con orgullo insolente”. Proverbios 21:24
Recuerda esto: La arrogancia es un sentimiento de superioridad ante los demás. Es creer que somos más valiosos que otros seres humanos. Es no reconocer nuestros errores, es echarle la culpa de nuestros errores a los demás. Es creer que somos imprescindibles, es pensar que podemos siempre hacer todo mejor que los demás y que nadie nos supera, es no querer pedirle ayuda a nadie, es criticar a todo el mundo; porque en el fondo la arrogancia también nos lleva a los celos y la envidia. No se trata de parecer o no parecer arrogante, no se trata de cómo es nuestro carácter o temperamento, no se trata de lo que hagamos o no hagamos. Ni tampoco de lo que sepamos o no. Se trata de lo que somos o no somos en lo profundo de nuestro corazón. ¡¡Que Dios quite la arrogancia de nuestra vida para siempre!!. La soberbia, el orgullo o la arrogancia son la piedra fundamental de todos los demás pecados que podamos cometer. Mientras exista arrogancia, habrá un peso contaminante en nuestra alma.
Debemos temer a Dios con respecto a lo que hay en nuestro corazón. No hay forma de burlar, persuadir, manipular, o tratar de conformar al Señor cuando algo está mal. Para eso, nada mejor que el arrepentimiento y la confesión.
El orgullo no siempre es fácil de detectar, ni en nosotros mismos, ni en los demás. Hay personas que se les nota al instante su soberbia; pero otras, lo tienen más camuflado. Tal vez ellas piensan que son superiores en su interior y tratan de no decirlo, pero tarde o temprano eso se notará en un simple gesto, en una mirada, en una palabra. Es como un olor desagradable que lo podremos tratar de ocultar, pero que escapará por alguna pequeña actitud, en cualquier momento. Dios se encarga que sus hijos sean conforme a la imagen de Cristo, se encargará que todo orgullo en nuestra vida y toda obra procedente de él, sean quebrantados. Dios llama nuestra atención continuamente para que abandonemos el orgullo en nuestro corazón. Pero el orgullo produce ceguera espiritual, de hecho las personas orgullosas, en su mayoría creen no serlo, incluso se creen muy humildes, muy agradables y solidarias.
“Pero Él da mayor gracia. Por eso dice: Dios resiste a los soberbios pero da gracia a los humildes”. Santiago 4:6
Puedo llegar a estas conclusiones luego de haber sido quebrado por las circunstancias en muchas oportunidades, Dios se vale de ciertas circunstancias para que podamos quebrar la arrogancia en nuestra alma. Circunstancias que destrozan tu soberbia como una copa de cristal lanzada hacia un suelo de piedra. Muchas veces esas circunstancias se producen delante de los demás y otras veces más íntimamente. La clave para vencer está en querer obedecer a Dios, en renunciar a sentirnos superior o más valiosos que los demás. El orgullo de un corazón arrogante no armoniza nunca con el plan de Dios, por eso, o seguimos su plan, o seguimos el camino de nuestro propio corazón. El orgullo puede estar en personas pobres, ricas, cultas, inteligentes o ignorantes. Nada tiene que ver la pobreza con la humildad.
El orgulloso sufrirá irremediablemente, tendrá consecuencias inevitables. Dios confronta y se levanta contra todo orgullo, nos moldea y nos pule para liberarnos. Aquellos que no quieren someterse y hacer morir su arrogancia, de todas formas serán quebrantados, aunque no para ser transformados, sino avergonzados.
“Abominación es a Jehová todo altivo de corazón; Ciertamente no quedará impune”. Proverbios 16:5
“Altivez de ojos, y orgullo de corazón, Y pensamiento de impíos, son pecado”. Proverbios 21:4
La historia de Nabucodonosor es una gran ejemplo de cómo Dios actúa frente al orgullo. El rey tuvo sus oportunidades de arrepentirse y vivir una vida sometida a Dios, reconociendo su grandeza y obedeciendo sus mandamientos. Pero escogió otro camino, Daniel 5:20 dice: “Más cuando su corazón se ensoberbeció, y su espíritu se endureció en su orgullo, fue depuesto del trono de su reino, y despojado de su gloria”.
El juicio de Dios para el orgullo del rey Nabucodonosor fue que ande con locura como las bestias en el campo durante siete años, luego de los cuales se arrepintió y reconoció humildemente que Dios lo gobierna todo:
“Ahora yo Nabucodonosor alabo, engrandezco y glorifico al Rey del cielo, porque todas sus obras son verdaderas, y sus caminos justos; y él puede humillar a los que andan con soberbia”. Daniel 4:37
Indicios de un corazón orgulloso:
1. Cree que sabe todo y rara vez se deja enseñar.
2. No reconoce sus errores, siempre le echa la culpa a los demás.
3. Es rebelde, menosprecia y no respeta a las personas.
4. Cree que no necesita a Dios. Le cuesta orar para pedir ayuda a Dios.
5. Le cuesta pedir ayuda a otras personas.
6. Tiene siempre una actitud crítica hacia los demás.
7. Menosprecia las capacidades de otros. Piensa que siempre puede hacer las cosas mejor que los demás.
8. No sabe escuchar.
9. Tiene la respuesta para todo.
Distintos tipos de arrogancia
Los fariseos eran personas que querían aparentar y hacer alarde de su supuesta espiritualidad, eran personas que no pretendían servir a Dios, sino a su propia vanidad. Hoy pasa igual que con los fariseos, se aparenta piedad, pero no se busca agradar a Dios, sino buscan la gloria y alabanza de los hombres. Son personas que les encantaría subirse a un púlpito para que todos lo aplaudan y lo vean como a una estrella, pero no porque le interese la salvación y el bendicion de los demás, sino por puro ego.
¿orgulloso de mi humildad?
Algunos creen que su escasez o sacrificios los transforman en humildes, pero en verdad es lo mismo de siempre, orgullo disfrazado. Se creen mejores y más valiosos que los demás porque piensan que no necesitan mucho para vivir, o porque se visten sencillos, o porque tiene una personalidad apacible, pero eso no tiene nada que ver con un corazón humilde.
Otros se sienten superiores porque han estudiado y creen que eso les da una especie de valor extra ante sus semejantes. Ante lo ojos de Dios no hay acepción de personas, todos somos tratados como hijos amados y valiosos de igual manera.
Todo nacemos con una cuota de orgullo, por el pecado original, Satanás es movido principalmente por el orgullo y la rebeldía y ese mismo virus espiritual está en la naturaleza pecaminosa de todos. Nadie es libre cien por cien del orgullo, pero es nuestra decisión renunciar a toda arrogancia para morir a la vanidad y dar fruto.
Jesús dijo: “Les digo la verdad, el grano de trigo, a menos que sea sembrado en la tierra y muera, queda solo. Sin embargo, su muerte producirá muchos granos nuevos, una abundante cosecha de nuevas vidas”. Juan 12:24
Este versículo es muy profundo, pero nos habla de que cuando morimos al pecado, al orgullo y decidimos vivir con la fe en Jesús cada día la vida el Espíritu Santo podrá manifestarse en nosotros y ser de utilidad para que muchos sean salvos y bendecidos.
Para tener un corazón como Cristo debemos superar con humildad y fe toda adversidad, aceptar nuestras limitaciones y nuestra condición de ser humano creado por Dios para ser personas de obedientes, y no creernos ni sentirnos nunca mejores o superiores a los demás. Cada uno tiene talentos que Dios le proveyó, y si confiamos plenamente fluirá la gracia en nuestras vidas. Pero mientras ese orgullo no sea tratado, ni puesto en la cruz; ni el favor, ni el poder, ni la exaltación de Dios fluirá en nuestras vidas. Es tan simple como decir: En mis propias fuerzas no podré con todo, pero todo lo puedo en Cristo que me fortalece y separado de Él nada ungido y grande podré hacer.
“Porque el Señor es excelso, y atiende al humilde, mas al altivo conoce de lejos”. Salmos 138:6
Te voy a dar una oración modelo para que puedas confesar y romper la atadura del orgullo:
“Señor Jesús hoy decido renunciar a todo orgullo en mi corazón, declaro que sin ti nada soy, que sin tus fuerzas no podré lograr grandes cosas. Renuncio a creerme superior y más valiosos que los demás, rompo la atadura del orgullo en mi corazón en el nombre de Jesús. Confieso que solo con tu gracia y poder llegaré a vencer todo obstáculo. Te doy toda la gloria por todo lo bueno que pase en mi vida. En el nombre de Jesús. Amén”.
domingo, 21 de agosto de 2016
Mujer
Hablar de la mujer es hablar de una idea maravillosa de Dios, pues Él dijo: “Después, el SEÑOR Dios dijo: «No es bueno que el hombre esté solo. Haré una ayuda ideal para él»” Génesis 2:18 (Nueva Traducción Viviente).
Luego de decir eso, Dios formo de la tierra todos los animales y aves del cielo, el hombre le puso nombre a cada uno de ellos, la Biblia dice así:“Puso nombre a todos los animales domésticos, a todas las aves del cielo y a todos los animales salvajes; pero aún no había una ayuda ideal para él” Génesis 2:20 (Nueva Traducción Viviente).
Fue entonces allí que Dios comprendió lo que el hombre exactamente necesitaba y tuvo una idea maravillosa: “Entonces el SEÑOR Dios hizo que el hombre cayera en un profundo sueño. Mientras el hombre dormía, el SEÑOR Dios le sacó una de sus costillas y cerró la abertura. Entonces el SEÑOR Dios hizo de la costilla a una mujer, y la presentó al hombre” Génesis 2:21-22 (Nueva Traducción Viviente).
Cuando Dios le presento la mujer al hombre, este dijo: “«¡Al fin! —exclamó el hombre—. ¡Esta es hueso de mis huesos y carne de mi carne! Ella será llamada “mujer” porque fue tomada del hombre»” Génesis 2:21-22 (Nueva Traducción Viviente).
¡Dios se lucio creando a la mujer!, nos dio exactamente lo que necesitábamos, vio lo que al hombre le faltaba y puso en la mujer el complemento perfecto.
Tan bella es la mujer en todo sentido, tan sensible, tan cariñosa, tan llena de paciencia y tolerancia, tan sabia ella, tan astuta, tan precavida, tan audaz, tan fuerte y la vez romántica, la mujer es una obra maestra que solo el Maestro podía crear.
Le dan un color hermoso a nuestra vida, nos hacen sonreír, soñar, planear, suspirar y hasta llorar de felicidad al darnos cuenta lo importante que son en nuestra vida y lo bien que hizo Dios al crearlas.
Un día no es suficiente para reconocer lo que son, las palabras faltarían para describir lo que cada una de ustedes es o significan para la vida del hombre, sería un egoísta al no reconocer que cada día se merecen una linda palabra, un lindo agradecimiento o una felicitación por ser lo que son: MUJER.
La mujer es sinónimo de valentía, de entusiasmo, de metas y anhelos, la mujer no se detiene porque ha nacido para cumplir el propósito de Dios, la mujer nos enseña lo que a veces a nosotros se nos olvida, que en la vida hay que ser valientes y arriesgados para lograr nuestros objetivos.
Soy un bendecido de Dios por tener mujeres que han marcado mi vida, la primera de ellas mi Madre, esa mujer luchadora y valiente que aun con sus limitantes me enseño a ser un hombre de bien, esa mujer que recorrió más de media ciudad de noche corriendo, mientras me llevaba en sus brazos por un accidente que sufrí, esa mujer la amo, la respeto, pero sobre todo la admiro. Mi esposa Yamita, otra mujer que es un regalo de Dios para mi vida, tan buena ella, tan linda, tan fuerte y tan valiente, nunca se desanimo y siempre me animo, siempre me ha respaldado en todo y me ha ayudado, esa mujer tan perfecta para amar y para cuidar a nuestros hijos, tan dedicada, tan inteligente y tan llena de amor hacia mí, esa mujer que amo con locura y que doy gracias a Dios cada día por permitirme tenerla a mi lado. Mi pequeña Valentina, solo tiene ocho meses, pero sé que será un mujer de bien, esa niña tan pequeña, delicada y hermosa, tan bella ella, tan preciosa, su sonrisa me cautiva, su voz tan tierna diciéndome “Papá” me derrite, sus ojos alegres al verme son mi delicia, su cabecita recostada en mi pecho me ha sentir tan importante para ella y a la vez tan feliz de tenerla conmigo, sin duda las mujeres son una IDEA MARAVILLOSA DE DIOS.
A cada una de ustedes, que Dios las bendiga, a cada una de ustedes que Dios las guarde, les siga dando más sabiduría, las respalde en sus sueños y anhelos, que Dios haga cumplir el plan que tenia para cada una de ustedes.
Que nunca se les olvide lo valiosas que son, lo importantes que son para nosotros, que jamás se les olviden que son una IDEA MARAVILLOSA de Dios, que Él se lucio creando tanta belleza en todo sentido en ustedes y por lo cual ahora nosotros estamos completos, teniendo a nuestro lado a unas personitas tan especiales como ustedes.
jueves, 18 de agosto de 2016
Paganos
Desafortunadamente, los cristianos vivimos en medio de un mundo pagano. Y me voy a detener aquí por un breve momento, para definir esta palabra para que logren un mejor entendimiento de lo que les digo. “Pagano”: Se dice de los idólatras y politeístas (creen que existen numerosos dioses), especialmente de los antiguos griegos y romanos [1]. Digo que vivimos en medio de un mundo pagano, porque la mayoría de la humanidad escoge creer en cualquier cosa, menos en el Dios verdadero.
Permítanme exponerles algunos ejemplos para que podamos determinar si lo que les digo tiene sentido. En la cultura hispana, la mayoría de las personas creen, o si no creen, temen o respetan la santería, brujería, hechicería, etc. Y es exactamente por esta razón que no es inusual encontrar como dentro de la comunidad latina existen personas, de todas clases y países, que le rinden culto a estatuas, piedras, piezas de metales forjados, usan amuletos, y tantísimas muchas otras cosas. También existen muchos que ofrecen sacrificios de sangre a sus santos o dioses, y le rinden ritos ocultos. Pero esto no se detiene en el mundo latino.
En la cultura y/o sociedad anglosajón, tampoco no es inusual encontrar como personas de todas clases creen, o si no creen, temen y respetan el ocultismo. Y es exactamente por esta razón que existen tantas personas que practican la religión Wicca. Para aquellos que no han escuchado esta palabra antes, les daré una brevísima descripción de esta religión. La religión Wicca es una religión predomínate occidental, y los practicantes y/o creyentes adoran a la naturaleza (madre naturaleza; ¿han escuchado ese término antes?), y practican la brujería (unos le llaman magia blanca, otros magia negra). Esta religión se basa en tradiciones pre-cristianas de Europa, y se extendió por Inglaterra en el período de 1950 y, subsiguientemente, cautivó seguidores en Europa y los Estados Unidos [2]. Pero esto tampoco se detiene con el pueblo anglosajón.
Como todos sabemos, en el mundo existe un sin número de religiones y rituales. Existen miles de religiones basadas en mitos griegos, religión romana de antigüedad, que adoran y/o veneran dioses, diosas, planetas, etc.
Son por estas razones que les digo que los cristianos vivimos en medio de un mundo pagano. Estamos en medio de personas que escogen creer y adorar objetos inánimes, cosas inventadas y hechas por el hombre, en vez de creer y adorar al todopoderoso. Cuando meditamos bien en el asunto, no es difícil discernir que los cristianos somos una minoría, y esto en ocasiones puede debilitarnos. ¿Cómo podemos subsistir en medio de tanta maldad? Este será el tema de la predicación de hoy.
1 Corintios 1:5-7 - porque en todas las cosas fuisteis enriquecidos en él, en toda palabra y en toda ciencia; 6así como el testimonio acerca de Cristo ha sido confirmado en vosotros, 7de tal manera que nada os falta en ningún don, esperando la manifestación de nuestro Señor Jesucristo.
Como siempre digo, para lograr un mejor entendimiento de la predicación de hoy, será necesario que hagamos un breve repaso de historia. En el tiempo de Pablo, Corintio era la ciudad más importante de Grecia. Corintio era un centro de comercio mundial, de religión idolatra, y de cultura degradada.
La ciudad contaba con una población de alrededor de 700, 000 personas, y estaba cundida de templos y sagrarios, pero el más destacado de todos era en templo de Afroditas (diosa griega del amor, la belleza, el placer y la procreación), el cual estaba situado en una colina de alrededor de 1,800 pies de altura, y los devotos de la diosa usaban libremente las prostitutas dedicadas al templo. Corintio fue una ciudad cosmopolita y prospero en comercio, hospitalidad, vicio, y corrupción. Esta ciudad llego a ser tan notoria por el mal que se practicaba, que decirle a una persona “actuar como un corintio” se convirtió en un sinónimo corrupción y la prostitución [3].
Lo que estaba sucediendo entre los cristianos de ese entonces es que debido a la corrupción e inmoralidad que les rodeaba, muchos estaban comprometiendo su fe. En otras palabras, estaba destruyendo su testimonio. Dile a la persona que tienes a tu lado: el pecado es contagioso. Esto es una gran realidad, el pecado puede ser algo extremadamente contagioso, y había infectado a los cristianos en Corintio. Fue por ese que Pablo les escribió esta epístola, en la que él les insta a que corrijan sus acciones y actitudes, y desarrollen un espíritu de unidad entre ellos. ¿Por qué les he dicho todas estas cosas?
Les he presentado estos breves detalles porque a través de ellos, podemos apreciar que aunque esta epístola fue escrita alrededor del 56 d.C, en realidad la humanidad no ha cambiado mucho. La realidad es que el mundo de hoy se encuentra en una condición muy similar a la condición de Corintio en ese entonces. La mayoría de la humanidad ha escogido completamente ignorar a Dios y su palabra, y desdichadamente, al igual que en el tiempo de Corintio, esto es algo que se aplica a un buen número de cristianos hoy en día. Y es por eso que al igual que al pueblo de ese entonces, la palabra de Dios nos llama a: “…Examinaos a vosotros mismos si estáis en la fe; probaos a vosotros mismos. ¿O no os conocéis a vosotros mismos, que Jesucristo está en vosotros, a menos que estéis reprobados?..” (2 Corintios 13:5). Manteniendo estos breves detalles en mente, continuemos con el estudio bíblico de hoy y encontremos la respuesta a nuestra pregunta inicial.
Los versículos del estudio bíblico de hoy nos contestan claramente nuestra pregunta inicial. Examinemos ahora estos versículos detalladamente, para determinar cómo podemos subsistir en medio de tanta maldad. En estos versículos Pablo les dijo a ellos, y sus palabras nos hablan a nosotros diciéndonos: “…porque en todas las cosas fuisteis enriquecidos en él, en toda palabra y en toda ciencia…” Detengámonos aquí por un breve momento y examinemos más de cerca de la palabra “enriquecidos”. Deseo que examinemos esta palabra más de cerca porque de la riqueza mencionada aquí no es lo material. La riqueza de la que Pablo habla es la riqueza espiritual. La razón por la que digo esto es porque “enriquecidos” usada aquí es la traducción de la palabra griega “ploutizō” (pronunciada plu-tít-só), que también se define como: “de las riquezas espirituales” [4]. Y como he predicado en numerosas ocasiones, las riquezas espirituales superan en todo sentido de la palabra las riquezas materiales. ¿Por qué digo esto?
La riqueza espiritual supera toda riqueza material porque la riqueza material nos permite comprar el placer, pero no podemos comprar el amor. La riqueza material nos permite comprar un espectáculo, pero no la alegría. La riqueza material nos permite comprar tranquilizantes, pero no la paz. Pero cuando la riqueza espiritual abunda en nuestra vida, entonces tenemos convicción de que: “… el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo….” (Romanos 14:17). ¿Cómo podemos subsistir en medio un mundo lleno de maldad? Podemos subsistir y triunfar con simplemente recordar: “…en todas las cosas fuisteis enriquecidos en él, en toda palabra y en toda ciencia…” Es decir, siempre recordando que la riqueza nos permite comprar un crucifijo, pero no un salvador. La riqueza material nos permite comprar un sin número de cosas en la tierra, pero no nos permite comprar el cielo.
Continuando leemos: “…así como el testimonio acerca de Cristo ha sido confirmado en vosotros, 7de tal manera que nada os falta en ningún don, esperando la manifestación de nuestro Señor Jesucristo…” ¿Cómo podemos subsistir y triunfar en un mundo pagano? Podemos subsistir y triunfar cuando nos apartamos de la maldad, y confiamos completamente en que “…nada os falta en ningún don…” Como les dije, desdichadamente los cristianos vivimos en un mundo pagano. Pero que estemos rodeados de maldad no quiere decir, ni implica que estamos derrotados. A pesar de que nos encontramos rodeados de maldad, todo cristiano fiel tiene tres grandes ventajas. Todo cristiano fiel tiene tres grandes ventajas que le ayudan a prosperar y a derrotar la maldad que le rodea. ¿Qué ventajas tenemos?
La primera ventaja, y la más importante de todas es que el Espíritu Santo mora en nosotros [5]. Y cuando permitimos que el Espíritu Santo guie nuestra manera de pensar, y ser [6], entonces no existe batalla que no podamos vencer. Cuando escuchamos la voz del Espíritu Santo, entonces es exactamente como encontramos en Romanos 8:37 cuando leemos: “…Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó..." Dile a la persona que tienes a tu lado: podemos vencer. Pero el hecho de que el Espíritu Santo nos guía a la victoria es algo que con frecuencia se nos olvida. Y esto nos conduce a que no aprovechemos la ventaja que Dios nos ha entregado, sino que nos encerramos en nuestra propias prisiones de dolor, sufrimiento, y depresión. En otras palabras, le abrimos la puerta de nuestra vida al diablo, y esto es algo que no podemos hacer. Despierta al que tienes a tu lado y dile: escucha al Espíritu Santo.
La segunda ventaja que todo cristiano fiel posee es que el Espíritu Santo nos da el coraje y fortaleza para enfrentar y derrotar todo ataque. ¿Cómo podemos hacer esto? Lo podemos hacer siempre recordando que “…Todo lo puedo en Cristo que me fortalece…” (FIlipenses 4:13). La palabra de Dios nos dice "todo". Despierta al que tienes a tu lado y dile, ¡TODO! Hermanos, no existe ataque del enemigo que no podamos vencer, y no existe circunstancia que no podamos conquistar. Los cristianos batallamos en contra de poderes sobrenaturales, lo que significa que no podemos vencerlos con nuestra fuerza humana, y es por eso que Dios nos ha entregado Su poder. En Lucas 10:19 encontramos que se nos dice: “…He aquí os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo, y nada os dañará….” Y este es el poder que todo cristiano fiel recibe. El poder de Dios que es sobrenatural y que no solo nos ayuda a vencer las batallas, sino que derrota toda fortaleza.
Cuando perseveramos en mantenernos fiel a Dios, Él promete entregarnos la victoria [7]. Pero la victoria solo será entregada a aquellos que estén atentos a Su voz [8]. Esto es algo que les debe sonar conocido a todos, ya que en mis últimas predicaciones he venido haciendo énfasis en la importancia de escuchar la voz de Dios. Dile a la persona que tienes a tu lado: prestemos atención.
La tercera ventaja que todo cristiano fiel posee, es que el Espíritu Santo nos insta a orar. ¿Por qué digo esto? Lo digo porque cuando Jesús subió a orar en el monte de Getsemaní, poco antes de ser entregado en manos de los judíos y romanos, vemos que Él dijo: “…Orad que no entréis en tentación…” [9]. Y deseo que notemos que el Señor hizo esta petición con un gran propósito. El Señor sabía muy bien que ellos eran débiles, y que serian tentados; y el Señor sabe muy bien que no es fácil vivir en este mundo pagano. Las presiones culturales y sociales son fuertes, y en ocasiones nos conducen a actuar de manera que desagrada a Dios. Y es exactamente por eso que no es difícil encontrar como existen numerosos cristianos que participan en conversaciones, y/o se dejan guiar por adivinos, horóscopos, santeros, curanderos, y tantas otras cosas que bien saben que son abominación [10]. ¿Por qué existen tantos que aun participan de estas cosas? La razón principal por la que muchos participan de estas cosas, es porque el pueblo de Dios sufre por falta de oración. Toca a la persona que tienes a tu lado y dile: hay que orar.
La razón por la que el espíritu Santo nos guía a la oración, es porque la oración es la única arma que podemos usar para derrotar la oposición. La realidad es que la oración trae sanidad de nuestro espíritu, y en ocasiones de nuestro cuerpo. La realidad es que la oración produce fortaleza de nuestro ánimo, nos da esperanza, y nos libera de angustias [11]. Como les dije hace un breve momento, la oración es nuestra arma, y es el arma más poderosa que existe. La oración es la única arma que podemos usar para derrotar los ataques del enemigo. La palabra de Dios nos dice: “…Orad sin cesar…” (1 Tesalonicenses 5:17), ¿creen que se nos ha llamado a esto por coincidencia? Claro que no. Estamos llamados a orar para que podemos siempre vencer los ataques del enemigo.
Para concluir. El paganismo en Corinto estaba influenciando y desviando a los cristianos. Es decir, la presión cultural y social estaba conduciendo a que muchos se alejaran de la verdad de Dios. Y esto es algo que el Pablo dejo bien documentado cuando dijo: “…Más bien os escribí que no os juntéis con ninguno que, llamándose hermano, fuere fornicario, o avaro, o idólatra, o maldiciente, o borracho, o ladrón; con el tal ni aun comáis. 12 Porque ¿qué razón tendría yo para juzgar a los que están fuera? ¿No juzgáis vosotros a los que están dentro? 13Porque a los que están fuera, Dios juzgará. Quitad, pues, a ese perverso de entre vosotros…” (1 Corintios 5:11-13).
Para concluir. El paganismo en Corinto estaba influenciando y desviando a los cristianos. Es decir, la presión cultural y social estaba conduciendo a que muchos se alejaran de la verdad de Dios. Y esto es algo que el Pablo dejo bien documentado cuando dijo: “…Más bien os escribí que no os juntéis con ninguno que, llamándose hermano, fuere fornicario, o avaro, o idólatra, o maldiciente, o borracho, o ladrón; con el tal ni aun comáis. 12 Porque ¿qué razón tendría yo para juzgar a los que están fuera? ¿No juzgáis vosotros a los que están dentro? 13Porque a los que están fuera, Dios juzgará. Quitad, pues, a ese perverso de entre vosotros…” (1 Corintios 5:11-13).
Las presiones culturales y sociales pueden llegar a desviarnos del camino en que nos encontramos, y es por esa razón que el Señor nos declara: “…Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; 14porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan…” (Mateo 7:13-14).
A pesar de que vivimos en un mundo pagano, siempre tenemos que recordar que con su muerte en la cruz, Cristo nos ha entregado la victoria. Pero esta victoria solo es entregada a aquellos que perseveran y se mantienen fiel hasta el fin [12].
¿Cómo podemos subsistir en medio de tanta maldad? Podemos no solamente subsistir en medio de tanta maldad, sino también vencer cuando nos apartamos del mundo, y nos entregamos completamente a Dios.
miércoles, 17 de agosto de 2016
Prosperados
Algo comúnmente encontrado en la iglesia de hoy, es que existe un buen número de cristianos que han hecho un compromiso superficial con Dios. Es decir, han decidido seguir al Señor pero no completamente. El problema con esto esta, en que este tipo de compromiso, en la mayoría de las ocasiones, causa que dejemos de escuchar la voz de Dios, y dirección del Espíritu Santo. Y una vez que nuestra relación y compromiso con Dios es reducido a este nivel, no existe mucha diferencia entre el cristiano y los que viven en el mundo, ya que dejamos de ser personas destacadas y nos unimos al crisol. Así que el estudio bíblico de hoy será para descubrir lo que tenemos que hacer para establecer una relación más íntima con Dios, y un compromiso genuino con Él.
todo cristiano fiel debe, y tiene que hacer para fortalecer su compromiso con Dios, y el resultado que esta acción produce. Los eventos históricos que estaremos estudiando hoy se encuentran en el segundo libro de Crónicas, capítulo 14.
Este capítulo es bastante largo, así que debido a que el tiempo que compartimos es limitado, no se los estaré leyendo completo, sino que usare los versículos claves que servirán para demostrarles los pasos que todo cristiano debe seguir para fortalecer su fe, y establecer un compromiso genuino con Dios. Pero como siempre recomiendo, no dejen de leer el capitulo completo durante su tiempo de oración y meditación personal con Dios.
2 Crónicas 14:1-7 - Durmió Abías con sus padres, y fue sepultado en la ciudad de David; y reinó en su lugar su hijo Asa, en cuyos días tuvo sosiego el país por diez años. 2E hizo Asa lo bueno y lo recto ante los ojos de Jehová su Dios. 3Porque quitó los altares del culto extraño, y los lugares altos; quebró las imágenes, y destruyó los símbolos de Asera; 4y mandó a Judá que buscase a Jehová el Dios de sus padres, y pusiese por obra la ley y sus mandamientos. 5Quitó asimismo de todas las ciudades de Judá los lugares altos y las imágenes; y estuvo el reino en paz bajo su reinado. 6Y edificó ciudades fortificadas en Judá, por cuanto había paz en la tierra, y no había guerra contra él en aquellos tiempos; porque Jehová le había dado paz. 7Dijo, por tanto, a Judá: Edifiquemos estas ciudades, y cerquémoslas de muros con torres, puertas y barras, ya que la tierra es nuestra; porque hemos buscado a Jehová nuestro Dios; le hemos buscado, y él nos ha dado paz por todas partes. Edificaron, pues, y fueron prosperados.
Para tener un mejor entendimiento del mensaje que Dios tiene para nosotros en el día de hoy, detengámonos aquí por un breve momento para conocer un poco mejor a este hombre llamado Asa. El rey Asa ascendió al trono de Judá después de la muerte de su padre Abías [1]. Y cuando él asumió el poder, en realidad Judá no estaba actuando correctamente ante los ojos de Dios, ya que el rey Abías condujo al pueblo lejos de la presencia de Dios, pero por consideración a su antepasado (David), Dios continuó bendiciendo a Jerusalén [2].
Lo próximo que debemos saber es que Asa fue uno de los ocho reyes que asumieron el trono de Judá, y que fue uno de los cinco reyes que Dios usó para producir un avivamiento. Ahora debemos preguntarnos, ¿Por qué uso Dios a Asa para producir un avivamiento? La respuesta a esta pregunta es fácilmente encontrada aquí cuando leemos: “…E hizo Asa lo bueno y lo recto ante los ojos de Jehová su Dios…” Manteniendo estos breves detalles en mente, continuemos ahora con la predicación de hoy para descubrir los pasos que debemos dar para recibir paz, prosperidad, y la victoria que Dios desea entregarnos.
Paso número uno. Aquí vemos que la palabra de Dios nos dice: “…Porque quitó los altares del culto extraño, y los lugares altos; quebró las imágenes, y destruyó los símbolos de Asera…” ¿Qué fue lo primero que este hombre hizo? Lo primero que hizo este hombre es lo primero que todo cristiano fiel debe, y tiene que hacer. Asa eliminó de su reino todo lo que desagradaba o deshonraba a Dios, y de aquí tenemos mucho que aprender. La razón por la que digo, esto es porque como dije al inicio, existen muchos cristianos que se han acostumbrado a una relación superficial con Dios. En otras palabras, existen muchos que no permiten ser guiados por el Espíritu Santo en todo momento, y demás esta decir que en toda ocasión esto causa que con frecuencia actuemos de manera que desagrada o deshonra a Dios. Y es por eso que digo que el primer paso que todo cristiano fiel tiene que dar es eliminar de su vida todas esas cosas que desagradan a Dios. Tenemos que eliminar tradiciones y opiniones que solo sirven para separarnos de Dios.
Pero les advierto desde ahora que actuar de esta manera producirá adversidad en nuestra vida. Digo esto porque actuar de esta manera significa que estaremos yendo en contra de la corriente, y aquellos que nos rodean nos criticaran, burlaran, y hasta se apartaran de nosotros. Yo estoy seguro que esto fue algo que el rey Asa experimento. Yo estoy seguro que existieron muchos (sacerdotes de Asera y sus seguidores) que se opusieron a lo que el rey hizo, pero no obstante la oposición, el rey se mantuvo fiel a Dios, y nada lo detuvo de actuar según la voluntad de Dios, y no las opiniones del pueblo.
La realidad es que cuando optamos por genuinamente seguir a Dios, inevitablemente heriremos los sentimientos de aquellos que nos rodean. No es que nosotros hagamos las cosas para intencionalmente herir a nadie, pero el mundo de hoy esta tan perdido que ven lo malo como bueno, y lo bueno como malo. Como he repetido en numerosas predicaciones, hoy en día es más aceptable hablar groserías que hablar de Dios. Pero si lo que tenemos que hacer hiere los sentimientos de otros, que así sea, ya que nosotros no debemos buscar agradar al hombre, sino que debemos y tenemos que agradar a Dios [3].
Existen muchos cristianos que tienen que dar el primer paso al igual que el rey Asa. Existen muchos cristianos que aún no han derrumbado todas las obras del enemigo de su vida. Obras que han sido plantadas en nuestra vida quizás desde temprana edad, que solo sirven para mantenernos alejados de la presencia de Dios. Cosas como los malos pensamientos, las pasiones desordenadas, la hipocresía, y todas las muchísimas otras cosas que quizás guardamos secretamente en nuestro corazón, que no edifican. Como he repetido en numerosas predicaciones durante el tiempo que llevo ministrando, tenemos que permitir que el Espíritu Santo nos transforme por completo [4]. Así que el primer paso que todo cristiano fiel debe dar es eliminar de nuestra vida todo aquello que desagrada a Dios, y no podemos dejarnos influenciar por las críticas y opiniones de otros. No podemos permitir bajo ninguna circunstancia que la opinión popular influencie de la manera que nos comportamos y actuamos. No podemos permitirle al diablo que interfiera en nuestra comunión con Dios.
Paso número dos. La palabra de Dios nos dice: “…y mandó a Judá que buscase a Jehová el Dios de sus padres, y pusiese por obra la ley y sus mandamientos...” ¿Qué fue lo que el rey hizo a continuación? El rey uso la autoridad que Dios le había concedido. Entre las cosas tan seria que confrontan a los creyentes en nuestro tiempo, yo me atrevo a decir que no usar la autoridad que Dios nos ha entregado tiene que ser uno de los problemas más serios que existe. Meditemos en eso que les acabo de decir para ver si tiene sentido. Para que entiendan bien voy a usar nuestra congregación como ejemplo.
Desde que abrimos las puertas de este ministerio, nosotros hemos recibido a más de setecientas personas; sin embargo nuestra congregación siempre ha consistido de un grupo pequeño. ¿Por qué creen que ha sucedido esto? La triste realidad es que esto ha sucedido porque muchos no han sabido usar la autoridad que Dios le ha entregado, sino han permitido que las obras externas sean quien guie su vida. ¿Por qué digo esto? Lo digo porque la excusa principal por la que muchos no han permanecido en la congregación, es porque dicen que necesitan más actividades. En otras palabras, han llegado a la iglesia buscando conveniencia y entretenimiento, en vez de en busca de la palabra de de Dios. ¿Por qué creen que existen tantos que han cometido este error?
La razón principal es porque buscar más de Dios NO tiene su inicio en la iglesia o congregación; buscar más de Dios NO tiene su inicio en las actividades o conveniencias que un lugar pueda ofrecer. Buscar más de Dios inicia en el lugar donde Dios nos ha entregado autoridad, y este lugar es nuestro hogar. Claro esta en que la congregación es el lugar donde nos reunimos para escuchar las predicaciones y estudios bíblicos presentados por los predicadores; pero buscar más de Dios inicia en el hogar y la familia.
Fíjense bien lo que nos dice las escrituras aquí para que entiendan bien el punto que deseo hacerles. Aquí vemos que se nos dice: “…y mandó a Judá que buscase a Jehová el Dios de sus padres, y pusiese por obra la ley y sus mandamientos…” El rey Asa uso la autoridad que Dios le había entregado, y mando a que los ciudadanos del su reino buscasen más de Dios. Ahora pregunto: ¿quieres sentir la presencia de Dios? Si quieres sentir la presencia de Dios en tu vida, comienza a usar la autoridad que Dios te ha dado; comienza por instituir un tiempo de oración en tu hogar. Un tiempo cuando la familia completa se una para orar y bendecir a Dios.
¿Quieres sentir la presencia de Dios en todo momento? Entonces no permitas que nada te detenga de asistir a la congregación para entrar en comunión con tus hermanos y con Dios [4]. Dile a la persona que tienes a tu lado: usa la autoridad que Dios te ha dado.
Paso numero tres. Continuando con nuestro estudio bíblico leemos: “…Y edificó ciudades fortificadas en Judá, por cuanto había paz en la tierra, y no había guerra contra él en aquellos tiempos; porque Jehová le había dado paz...” ¿Cuál fue el tercer paso que el rey Asa dio? El tercer paso que el rey dio fue que edifico su defensa, mientras se gozaban de la paz que Dios les había entregado, y esto es algo que todos debemos hacer. ¿Qué les quiero decir con esto? Lo que les estoy diciendo es que no podemos simplemente esperar a que lleguen las batallas a nuestra vida, sino que tenemos que hacer como el rey Asa, tenemos que prepararnos para cuando lleguen.
Desdichadamente existen muchos que no se preparan. Existen muchos que se ha acomodado en su fe de tal manera, que han dejado caer su guardia, y por consecuencia, cuando llegan las tentaciones y dificultades son fácilmente derrotados. ¿Por qué sucede esto? Esto sucede porque la comodidad produce que dejemos de orar, o que no oremos con toda nuestra fe. La comodidad en la fe es la que produce que dejemos de congregarnos, o que solo nos congreguemos cuando nos conviene o nos alcanza el tiempo. Y como les dije recientemente, un cristiano aislado de su congregación es presa fácil para el enemigo.
Algo que he repetido en numerosas predicaciones, y no me canso de repetir es que Satanás es muy astuto en sus tácticas, y él usara todo instrumento, personas, y ocasión para tratar de separarnos de la presencia de Dios. El diablo usa y usara tentaciones, malos deseos, el orgullo, la vanidad, y numerosos otros pensamientos y sentimientos para tratar de sembrar duda, rebeldía, miedo, y desanimo en nuestra mente. Y es exactamente que les digo que como cristianos fieles tenemos que prepararnos para la batalla. Permítanme explicar esto de otra manera para que entiendan bien lo que les digo.
Un atleta olímpico no se prepara para la competencia el día antes del evento; para ganar una medalla de oro en las olimpiadas, el atleta tiene que entrenarse meses, sino años. De igual manera, un universitario que desea sacar buenas notas no estudia solamente el día antes de un examen, el universitario estudia por días, sino semanas para salir sobresaliente en la asignatura. Y al igual que estos dos simples ejemplos que les cite, los cristianos tenemos que estar preparados, en condición, y con la sabiduría que la palabra de Dios produce para poder vencer los ataques del enemigo en todo momento. Dile a la persona que tienes a tu lado: preparémonos ahora.
El resultado que estos tres pasos producen. Continuando con la predicación de hoy encontramos que se nos dice: “…Dijo, por tanto, a Judá: Edifiquemos estas ciudades, y cerquémoslas de muros con torres, puertas y barras, ya que la tierra es nuestra; porque hemos buscado a Jehová nuestro Dios; le hemos buscado, y él nos ha dado paz por todas partes. Edificaron, pues, y fueron prosperados.” ¿Cuál fue el resultado final que las acciones y determinaciones tomadas por el rey produjeron? El resultado final fue gozar de la paz y prosperidad que Dios les había entregado. Ahora deseo detenerme aquí por un breve momento para aclarar algo. Cuando se habla de la prosperidad, lo primero que llega a la mente de muchas personas, son las posesiones materiales y el dinero, y esto no debía ser así [6]. La realidad es que la prosperidad que Dios nos ofrece es mucho superior a cualquier cosa material.
Fíjense bien en algo; cuando buscamos la definición de la palabra “prosperidad” en el diccionario, encontramos que su definición es: “1. Curso favorable de las cosas. 2. Buena suerte o éxito en lo que se emprende, sucede u ocurre [7].” Como podemos apreciar, por definición, la prosperidad que Dios nos ofrece es el curso favorable que toma nuestra vida cuando genuinamente nos entregamos a Él. La prosperidad que Dios nos ofrece son las bendiciones que borran la tristeza, borran el dolor, la angustia, y las preocupaciones [8].
Una gran realidad es que todos nosotros nos podemos considerar bendecidos debido a nuestras posesiones materiales, pero nada de eso es duradero. Así que no confundas la prosperidad de Dios con el dinero o posesiones, sino mira a tu alrededor y dale gracias a Dios por el curso que ha tomado tu vida; dale gracias a Dios por el curso que ha tomado tu familia; dale gracias a Dios por el éxito que has tenido o estas teniendo en vencer todas esas cosas que una vez te separaban de Su presencia. Dile a la persona que tienes a tu lado: prospera en Dios.
Para concluir. En estos acontecimientos históricos hemos visto los tres pasos que todos debemos seguir para restablecer o fortalecer nuestra relación con Dios, y el resultado final que nuestro esfuerzo obtendrá.
• Número uno; eliminar de nuestra vida todo aquellos que desagrada a Dios.
• Número dos; usar la autoridad de Dios nos entrego, y buscar Su presencia.
• Número tres; edificar sobre la palabra de Dios; no podemos ignorar la voz del Espíritu Santo quien nos da convicción.
Nunca nos olvidemos que todos los que estamos aquí, tanto jóvenes como adultos, somos responsables de mantenernos dentro de la voluntad de Dios. Dios no te fuerza, pero si lo demanda. ¿Qué sucede cuando seguimos el ejemplo del rey Asa? El resultado de nuestras acciones producirá que recibamos la paz y prosperidad de Dios. Edifiquemos pues en Dios, y seremos prosperados.
Nunca nos olvidemos que todos los que estamos aquí, tanto jóvenes como adultos, somos responsables de mantenernos dentro de la voluntad de Dios. Dios no te fuerza, pero si lo demanda. ¿Qué sucede cuando seguimos el ejemplo del rey Asa? El resultado de nuestras acciones producirá que recibamos la paz y prosperidad de Dios. Edifiquemos pues en Dios, y seremos prosperados.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)