jueves, 10 de febrero de 2011

Dios concede los deseos de tu corazón

¡DIOS CONCEDE LAS PETICIONES DE TU CORAZÓN!

Como mujer, Dios te ha diseñado sensible a Su voz con el propósito de bendecirte, al mismo tiempo te ha dado la capacidad de reconocer rápidamente las necesidades físicas y espirituales de las personas que te rodean.

En la Biblia existe un ejemplo de una mujer muy notable e influyente en su comunidad. Ella vivía en Sunem, era conocida como “la sunamita”, que le insistía al profeta Eliseo que comiera en su casa cada vez que pasaba por el pueblo.

Hasta que un día, “ella dijo a su marido: He aquí ahora, yo entiendo que éste que siempre pasa por nuestra casa, es varón santo de Dios. Yo te ruego que hagamos un pequeño aposento de paredes, y pongamos allí cama, mesa, silla y candelero, para que cuando él viniere a nosotros, se quede en él.” (2 Reyes 4:9-10).

La sunamita no se conformó con una visita ocasional, ella quiso que el profeta de Dios estableciese su morada allí en su casa.

Asimismo, el Espíritu Santo busca corazones que le den la bienvenida. Él quiere morar en tu interior ocupando todo tu ser para tener comunión contigo todo el día.

El profeta Eliseo mandó a preguntar a ésta mujer que podía hacer por ella para compensarle su generosidad y hospitalidad. Pero ella no quiso nada a cambio ya que lo hacía sin ningún interés de recibir honores y reconocimientos.

Así que Eliseo averiguó con ayuda de su criado Giezi, que ella no tenía hijos y su esposo ya era anciano (2 Reyes 4:14). El profeta le prometió que ella tendría un hijo y las Escrituras cuentan que tal como el profeta lo había dicho, ella concibió y tuvo un hijo.

Ella no pidió un hijo cuando se le dio la oportunidad, pues, no estaba negociando con Dios. Por eso Dios le concedió el anhelo de su corazón, pues delante del Señor estaban todos sus deseos ¡así que Él la bendijo!

Hoy es tiempo que prepares una morada para el Espíritu Santo, que busques Su rostro en adoración, que Él se sienta muy cómodo en tu corazón, ¡Y tu vida ya no será la misma!

¡Deléitate cada día en Su presencia! Invítalo a vivir contigo las veinticuatro horas de cada día, y porque te ama...

¡DIOS TE CONCEDERÁ LAS PETICIONES DE TU CORAZÓN!

Que te conceda lo que tu corazón desea; que haga que se cumplan todos tus planes. (Salmos 20:4, NVI).

Deléitate en el Señor, y él te concederá los deseos de tu corazón. (Salmos 37:4, NVI).

Rvda. Dra. Margarita de Preza

Pastora

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