miércoles, 10 de febrero de 2010

Nuevo integrante de la familia

Sabemos que muchas veces al casarse la finalidad es tener una hermosa familia. Por consecuencia el saber que puedes concebir un bebé y que en nueve meses nacerá es importante saber que pasa en cada una de las semanas del nuevo integrante de la familia.



Primer Semana
Tu óvulo fertilizado se divide por primera vez tan sólo un día después de haber sido fecundado. La división continúa los siguientes días y se forma una bola, llamada blastocito, que en los primeros cuatro días puede llegar a tener más de 100 células.
Al ser fertilizado por los espermatozoides, el óvulo comienza a dividirse y forma una bola, que en los primeros días puede llegar a tener más de cien células.
A los cinco días, las células empiezan a separarse en dos grupos. El grupo de células del aro exterior formará la placenta que acogerá a tu bebé. Las células del aro interior se convertirán en el embrión en sí mismo. Estas células interiores son las llamadas células madre, que tienen la extraordinaria capacidad de transformarse en más de 200 clases de células de cualquier parte del cuerpo (por eso son tan interesantes para investigar tratamientos de determinadas enfermedades).

A los siete días, el óvulo fertilizado desciende por las trompas de Falopio y llega hasta el útero, su refugio en los próximos nueve meses.
Ya ha pasado más de una semana desde la concepción, aunque hasta que tengas la primera falta en la regla, no sabrás nada sobre tu embarazo. Aunque, todo hay que decirlo, hay mamás que notan cambios hormonales enseguida. Sea como sea, estás embarazada.
Hay mujeres que no perciben señales de embarazo y sólo lo descubren por el retraso de la regla. Por otro lado, las hay quienes pueden experimentar diferentes síntomas:
• fatiga
• náuseas y vómitos (sobre todo al levantarte por la mañana)
• un aumento del volumen de los pechos
• más ganas de orinar (dado que el crecimiento del útero ejerce presión sobre la vejiga)
• presión en la pelvis y la cadera
• un sentido del olfato más desarrollado de lo habitual
• algún antojo
La acción de las hormonas también provocará inestabilidades en tu estado emocional. Puedes tener cambios de actitud, acumular nervios… Intenta ser positiva porque el embarazo es una etapa única de tu vida. Trata de olvidar miedos e inseguridades. Sin embargo, si ves algo fuera de lo normal, debes consultar a tu médico.

Desarrollo en la semana 2 de embarazo
El embarazo se mide en semanas a partir de la última regla, pero el bebé se concibe antes. A partir de la semana 2, se desarrolla lo que llamamos embrión, que tiene básicamente una cabeza, un tronco y una cola rizada. Las primeras semanas son muy importantes porque, aunque todavía es un embrión, empieza a desarrollar los cimientos de lo que serán sus órganos, sus rasgos y su sistema nervioso.
Las primeras semanas de embarazo son muy importantes porque el embrión empieza a desarrollar los cimientos de los órganos, los rasgos propios y el sistema nervioso.
Durante esta semana aparecen dos pequeñas cavidades oculares y la formación de sus orejitas y sus ojos entran en una fase primaria. Además, se va haciendo hueco para huesos, músculos, riñones, pulmones, intestinos y sistema digestivo. También se empieza a desarrollar el tubo neural, un tubo al descubierto sin piel ni huesos que se convertirá en el cerebro, la médula espinal y el sistema nervioso y la columna vertebral.
La placenta, que es el órgano que nutrirá al bebé en los próximos nueve meses, también se empieza a formar. Tu volumen de sangre aumenta en un 50%, para afrontar la demanda de oxigeno del feto que crece en tu interior. Dentro de tu cuerpo, creas un mundo seguro para que tu pequeño pueda desarrollarse, protegido del mundo exterior, acurrucado.

Cambios en la madre en la semana 2 de embarazo
En esta segunda semana será cuando tu estrógeno aumenta dándole una señal a su útero avisando del nuevo embarazo. El útero empezará a formar un forro donde se va a implantar el huevo y empezar a crecer la placenta que nutrirá a su bebé.
Uno de los síntomas que la madre puede sentir son punzadas en los laterales de su abdomen. Normalmente éste es un indicador de ovulación, junto a la ternura de sus pechos. Cuando sus huevos están listos para la fertilización, ellos se sueltan de los folículos para comenzar su jornada en por las trompas de Falopio donde ellos pueden encontrarse la esperma de sus sueños.
El sexo del bebé se determina en el momento de la fertilización, lo que puede ocurrir al final de esta semana. De los 46 cromosomas que conforman el material genético del bebé, dos cromosomas, uno del espermatozoide y otro del óvulo, determinan el sexo del bebé.
Cada óvulo tiene un cromosoma X, un espermatozoide puede tener un cromosoma X o un cromosoma Y. Si el espermatozoide tiene un cromosoma X, el bebé será una niña; si el espermatozoide tiene un cromosoma Y, tu bebé será niño.

Desarrollo en la semana 3 de embarazo
Con tres semanas, el corazón es un grupo de células musculares aletargadas y diminutas, pero que sobre los 22 días explota de vida. Una célula se contrae espontáneamente, contagia a sus vecinas y comienza una reacción en cadena hasta que todas las células del corazón empiezan a latir.
¡Es como si unas animaran a otras a bailar! Estas células están programadas para controlar los latiditos del bebé hasta que el cerebro se haga cargo en las próximas semanas. Por ahora, el corazón distribuirá el alimento y el oxígeno que el embrión necesita para crecer.
El corazón del futuro bebé ya late y lo hace con una media de 150 pulsaciones por minuto. ¡Casi el doble que un adulto! De todos modos, no podrás escuchar sus latidos aproximadamente hasta la semana 12 y lo tendrás que hacer con el auscultador que usan los médicos, con aparatos especiales o comprobarlo en la primera ecografía. Sólo a partir de la semana 27 podrán escucharlo quienes se apoyen en tu abdomen.
Aunque todavía no se nota el embarazo, el bebé ya está creciendo en tu vientre.
Tiene aproximadamente una semana, y aunque puede ser visto solo a través de un microscopio, ya tiene cerca de 150 células que conforman el blastocito. Cuando está semana termine, el blastocito se adhiere al endometrio. Este proceso se llama implantación. Cuando hay pasado cierta cantidad de tiempo, esta implantación se convertirá en la placenta.
Los 23 cromosomas del óvulo ya se han unido a los 23 cromosomas del espermatozoide. Con esta unión se decide el sexo del bebé, las características mentales y físicas. Se presentan las vellosidades coriónicas que van a ponerse en contacto con tus vasos sanguíneos. Con esto el bebé obtendrá de tu sangre los nutrientes y oxígeno, además puede eliminar los productos que no le son necesarios. El líquido amniótico se comienza a juntar.

Tu óvulo fertilizado se divide por primera vez tan sólo un día después de haber sido fecundado. La división continúa los siguientes días y se forma una bola, llamada blastocito, que en los primeros cuatro días puede llegar a tener más de 100 células.
Al ser fertilizado por los espermatozoides, el óvulo comienza a dividirse y forma una bola, que en los primeros días puede llegar a tener más de cien células.
A los cinco días, las células empiezan a separarse en dos grupos. El grupo de células del aro exterior formará la placenta que acogerá a tu bebé. Las células del aro interior se convertirán en el embrión en sí mismo. Estas células interiores son las llamadas células madre, que tienen la extraordinaria capacidad de transformarse en más de 200 clases de células de cualquier parte del cuerpo (por eso son tan interesantes para investigar tratamientos de determinadas enfermedades).

A los siete días, el óvulo fertilizado desciende por las trompas de Falopio y llega hasta el útero, su refugio en los próximos nueve meses.

Ya ha pasado más de una semana desde la concepción, aunque hasta que tengas la primera falta en la regla, no sabrás nada sobre tu embarazo. Aunque, todo hay que decirlo, hay mamás que notan cambios hormonales enseguida. Sea como sea, estás embarazada.
Hay mujeres que no perciben señales de embarazo y sólo lo descubren por el retraso de la regla. Por otro lado, las hay quienes pueden experimentar diferentes síntomas:
• fatiga
• náuseas y vómitos (sobre todo al levantarte por la mañana)
• un aumento del volumen de los pechos
• más ganas de orinar (dado que el crecimiento del útero ejerce presión sobre la vejiga)
• presión en la pelvis y la cadera
• un sentido del olfato más desarrollado de lo habitual
• algún antojo
La acción de las hormonas también provocará inestabilidades en tu estado emocional. Puedes tener cambios de actitud, acumular nervios… Intenta ser positiva porque el embarazo es una etapa única de tu vida. Trata de olvidar miedos e inseguridades. Sin embargo, si ves algo fuera de lo normal, debes consultar a tu médico.
También se empieza a desarrollar el tubo neural, un tubo al descubierto sin piel ni huesos que se convertirá en el cerebro, la médula espinal y el sistema nervioso y la columna vertebral.
La placenta, que es el órgano que nutrirá al bebé en los próximos nueve meses, también se empieza a formar. Tu volumen de sangre aumenta en un 50%, para afrontar la demanda de oxigeno del feto que crece en tu interior. Dentro de tu cuerpo, creas un mundo seguro para que tu pequeño pueda desarrollarse, protegido del mundo exterior, acurrucado.
Cambios en la madre en la semana 2 de embarazo
En esta segunda semana será cuando tu estrógeno aumenta dándole una señal a su útero avisando del nuevo embarazo. El útero empezará a formar un forro donde se va a implantar el huevo y empezar a crecer la placenta que nutrirá a su bebé.

Uno de los síntomas que la madre puede sentir son punzadas en los laterales de su abdomen. Normalmente éste es un indicador de ovulación, junto a la ternura de sus pechos. Cuando sus huevos están listos para la fertilización, ellos se sueltan de los folículos para comenzar su jornada en por las trompas de Falopio donde ellos pueden encontrarse la esperma de sus sueños.
El sexo del bebé se determina en el momento de la fertilización, lo que puede ocurrir al final de esta semana. De los 46 cromosomas que conforman el material genético del bebé, dos cromosomas, uno del espermatozoide y otro del óvulo, determinan el sexo del bebé.
Cada óvulo tiene un cromosoma X, un espermatozoide puede tener un cromosoma X o un cromosoma Y. Si el espermatozoide tiene un cromosoma X, el bebé será una niña; si el espermatozoide tiene un cromosoma Y, tu bebé será niño.

Ahora más que nunca debes asegurarte de ingerir comidas sanas con suficientes hierro, calcio, proteínas y ácido fólico. Con estos elementos en tus comidas lograras:
• aumentar el flujo sanguíneo del bebé y prevenir que tanto la madre como el niño padezcan anemia.
• el calcio ayuda a la madre a tener un bebé sano y con huesos y dientes fuertes.
• las proteínas generan tejidos nuevos.
• El ácido fólico ayuda a prevenir la espina bífida.
Además, tomar ácido fólico antes del embarazo y durante los meses del embarazo reduce en un 40% el riesgo de que el bebé nazca con labio leporino

Desarrollo en la semana 4 de embarazo

En esta semana 4 el embrión tiene el tamaño aproximado de una judía y crece un milímetro al día. Sus ojos empiezan a distinguirse como dos puntos negros. Empiezan a desarrollarse los bultitos que formarán más tarde sus brazos y piernas.
En la semana 4 de embarazo tu bebé crece una media de un milímetro al día.
Además, en la cuarta semana ya hay capas de tejido que formarán el rostro de tu bebé. Su diminuto corazón, formado ahora por una única cámara, va más rápido.
La capa más interna formará el aparato respiratorio y digestivo. La capa media formará los huesos, la mayoría de los músculos, los cartílagos, los órganos sexuales, los riñones y el sistema circulatorio. La capa externa desarrollará la piel, el pelo y el sistema nervioso. Este disco se pliega pareciéndose a un tubo con dos protuberancias en los extremos, una de las cuales va a ser la cabeza del bebé.
En esta semana 4 de embarazo el sistema nervioso central, el corazón, el esqueleto y los músculos están en su estado más temprano de desarrollo.
En la semana 4 es muy probable que todavía no sepas que estás embarazada, ya te toca tu menstruación pero ésta no viene... Presta atención a tu cuerpo: puede que tengas más sueño de lo normal, muchas ganas de orinar y más cansancio que de costumbre.
Las primeras semanas de embarazo puede que no sean realmente las mejores, pues al cansancio se le pueden añadir vómitos matutinos y una intensificación en la percepción de los olores. Pero tranquila, ¡seguro que vale la pena!




Si estás en la semana 4, debería haberte bajado el periodo pero no es así, hazte una prueba de embarazo y si el test da positivo... ¡Enhorabuena! Nos vemos en la semana 5

La próxima semana describiremos las siguientes 4 semanas y así sucesivamente hasta llegar al final del embarazo.

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