jueves, 24 de marzo de 2016

Plan para tu vida

El mundo es muy rápido en mostrar nuestras debilidades y faltas, es rápido con sus palabras, sin darse cuenta que, de esta manera, se hunden en un infierno. La única mente que puede declarar palabras para descubrir y deshonrar, es una mente que está pervertida, destruida, y enferma. Tú tienes que ir más allá de lo que el mundo hace, tienes que actuar y hablar de manera  diferente, siempre recordando que Dios obrará a tu favor.
De las cosas que Dios les enseña a sus discípulos, en Mateo 5, es que tienen que tomar acción inmediata para resolver cualquier asunto, con sabiduría.  Jesús les dijo: Por tanto, si traes tu ofrenda al altar y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti,deja allí tu ofrenda delante del altar y ve, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces vuelve y presenta tu ofrenda. (Mateo 5:23-24)
No esperes que sea la persona, que tiene algo contra ti, la que decida ir donde ti a resolver las cosas; tú, sal al encuentro y ve, resuélvelo, preséntate en aquel lugar inmediatamente y, con tus palabras, aplaca la ira.
Hay una historia en la Biblia de una mujer muy impresionante, Abigail. Esta mujer, en un momento dado, tomó una acción inmediata que provocó eventualmente una transformación total en su vida. La palabra nos dice, acerca de ella y de su esposo: Y aquel varón se llamaba Nabal, y su mujer, Abigail. Era aquella mujer de buen entendimiento y de hermosa apariencia, pero el hombre era duro y de malas obras; y era del linaje de Caleb. (1 Samuel 25:3)  
En este capítulo, vemos que David le pide a Nabal que le haga un favor, que le proveyera ciertas cosas para poder continuar con su viaje. Nabal se niega, diciendo un montón de tonterías, aun cuando David ofrece pagarle por estas cosas. A raíz de esto, David dice: Voy a matar a este hombre. David llamó a todos sus soldados, y salió rumbo a casa de Nadal; llegarían la mañana del día siguiente. Uno de los siervos de Abigail le cuenta lo sucedido y sale ella al encuentro de David con provisiones, a intentar razonar con él; y logra así, con sus palabras, aplacar la ira de David.
Qué maravilloso es encontrar a alguien que razona. Qué bueno es encontrar a alguien que, cuando se va a tomar una decisión con ira, piensa y tiene las palabras correctas para aplacar la ira y evitar que se cometa un grave error. David iba a acabar con Nabal para defender y mantener su honra, para demostrar quien él era; y esta mujer lo detiene en el camino. Abigail hace a David pensar, diciéndole, en otras palabras: Oye, si lo matas, cuando Dios te bendiga, te prospere, cuando haga lo que Él dice que va a hacer contigo, quedará en tu mente el recuerdo de lo que piensas hacer. Le dice: David, no vas a poder dormir tranquilo, si no calmas tu ira; cuando Dios te entregue lo prometido, te acordarás de que hiciste mal, así que detente. Estas palabras aplacan la ira de David y, tiempo después, Nabal muere, David se convierte en rey, se acuerda de Abigail y la hace su esposa.
Una de las cosas más poderosas que puedes tener a tu lado es alguien que te ayude a aplacar la ira.  Lo mejor que uno puede tener es a alguien que, con su sabiduría, te ayude a cuidar tu honra, alguien que te haga pensar, que te haga entrar en razón para que tomes buenas decisiones porque, lo que Dios te prometió, te lo va a dar, a pesar de todos los Nabal de tu vida. Di hoy: Bendito sea el razonamiento, gloria a Dios por la fe, gloria a Dios por el amor, la esperanza, la unción. Gloria a Dios cuando, en un coraje, comienzas a tomar acciones, pero entonces vienen esas palabras que te dicen: Cuando Dios haga contigo todo lo que dijo que iba a hacer, quedará en tu mente el error que cometiste, así que detente.
Quizás tú no tienes una pareja como Abigail, pero tienes al Espíritu Santo que va a hablar a tu vida, a tu mente; tienes al Espíritu Santo que va a calmarte, que va a poner control sobre tus palabras, que no va a permitir que hagas algo de lo que te arrepientas. Para eso, tienes que permitir que el Espíritu Santo te dirija a toda verdad y toda justicia, de manera tal que puedas disfrutar de todo lo que Dios te ha dado y las promesas cumplidas en tu vida, sin tener resentimientos y remordimientos por las malas decisiones que tomaste. Benditos sean los que, antes de tomar venganza para defender y proteger su honor, entienden que no les conviene acabar con otros y deshonrarlos porque, si lo hacen, con sus palabras, los que caen en el infierno de la depravación son ellos mismos.
Si piensas que cuando dices las cosas te liberas, lo que en realidad estás haciendo es llenar tu mente de todo eso que dices. Mejor piensa en esto: No importa cuánta deshonra la gente quiera traer a tu vida, hablando mal de ti, en vez de intentar liberarte y defender tu honra, quédate callado, no actúes, porque el Dios al que tú le sirves te va a honrar.  El Dios al que tú le sirves cumplirá su palabra en tu vida y, cuando tú llegues al lugar de tu destino, y Él te haga bien, lo mejor es que puedas dormir tranquilo, sabiendo que Dios fue quien te hizo justicia.
No caigas en el infierno de vivir en una mente perturbada, en una mente podrida, vengativa, tratando de crear la destrucción de la vida de otra persona. Lo que en realidad debes estar pensando es en todo lo que Dios va a hacer contigo, a pesar de lo que el mundo pretenda traer a tu vida. El Dios Todopoderoso al que le sirves te llevará al lugar para el cual el te escogió, el que él te prometió, el lugar que la gente piensa que no te mereces. Dios te va a honrar, porque así es el orden de Dios; aquel que tiene menos honra y menos decoro, a ese le cubrimos y le guardamos mejor. Si la gente piensa mal de ti y con poca honra sobre ti, prepárate para los mejores años de tu vida porque el Dios al que tú le sirves va a tomar los miembros menos decorosos y los va a cubrir, y el plan que él tiene para tu vida, se va a cumplir. 

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