martes, 29 de septiembre de 2020

Con Mis Labios Emir Sensini

Deut 8;3


 

Oye


 

Tierra


 

Obediencia


 

Palabra


 

Bendición


 

Amarás


 

2da ley


 

Deuteronomio

 


Deuteronomio (del griego τὸ Δευτερονόμιον / tò Deuteronomion , la segunda ley; hebreo: דְּבָרִים, Devarim, "estas son las palabras") es un libro bíblico del Antiguo Testamento y del Tanaj hebreo. Se ubica en el quinto lugar, precedido por Números y es, en consecuencia, el último texto de la Torá ("La Ley"o "Enseñanzas de Dios") y, para los cristianos, del Pentateuco ("Las Cinco Cajas" donde se guardan los rollos hebreos). En las Biblias cristianas, se encuentra antes de los Libros históricos, el primero de los cuales es Josué.

Deuteronomio 20 da leyes para la guerra. Deuteronomio 20:1-9 - no temas en la guerra, Dios está aquí. Israel temía al enemigo más poderoso. Israel tiene instrucciones de no temer porque Dios está con ellos. Los hombres están exentos del combate si tienen una casa nueva, un viñedo listo para cosechar o un matrimonio no consumado. Deuteronomio 20:10-15 requiere que Israel ofrezca términos de rendición. Deuteronomio 20:16-18 instruyó a Israel a evitar la inmoralidad y el pecado de otras naciones. Deuteronomio 20:19-20 prohíbe cortar árboles que producen alimentos. La comida se puede tomar de los árboles.1

El Deuteronomio retoma la tradicional forma de contar la historia de Israel a través de grandes discursos; ellos son el marco y la referencia que limitan el Código ético que debería regir la vida del judío.

El libro relata lo que sucedió desde la entrega de las Tablas de la Ley hasta la llegada a los llanos del Moab, pero, como sucede con frecuencia en el Antiguo Testamento, no narra los hechos por la historia misma: los utiliza como medio para probar la realidad y verdad del Código.

Su personaje principal es el propio Moisés, viejo y en el fin de su vida, que recuerda el pasado y, con un estilo vivo y directo, se dirige a los israelitas para hacerles notar que si no guardan una fidelidad a ultranza al Pacto, serán ingratos y poco merecedores del amor de Dios. Él los ha elegido, y ellos han de honrar esa confianza o desaparecer.

La historia es, pues, en el Deuteronomio, el testigo que declara en favor de Dios que volcará al jurado (el pueblo) en su favor. El Deuteronomio muestra ser la puerta de ingreso a una interpretación correcta de la subsecuente historia del pueblo de Israel, esto quiere decir que el Deuteronomio tiene una proyección hacia el futuro del pueblo de Israel.


El libro está desarrollado en dos grandes partes que a su vez se dividen de la siguiente manera:

  • I: La Segunda Ley
    • 1: Discursos de introducción
      • a: Datos históricos
      • b: Primer discurso de Moisés (Deut. 1:6-4:40)
      • c: Datos históricos (4:41-49)
      • d: Segundo discurso (Caps. 5-11)
    • 2: Código deuteronómico (12-26)
    • 3: Discursos de conclusión
      • a: Fin del segundo discurso de introducción (27-28)
      • b: Tercer discurso (29-30)
  • II: Relatos referentes al fin de la vida de Moisés
    • 1: Textos acerca de la transición: Josué, el Cántico, la Ley
    • 2: Cántico de Moisés
    • 3: Bendición de la tribus
    • 4: Muerte de Moisés

lunes, 28 de septiembre de 2020

A dónde Iré | Eres el Fuego que me Quema | Neway | Letra

Resumén


 

Números 23:21


 

Números 12:3


 

Tribu de Judá


 

Banderas de las tribus de Israel


 

Números 6:24


 

Distribución de las 12 tribus de Israel


 

Censo de Israel


 

Libro de Números


El Libro de los Números o simplemente Números (del griego Ἀριθμοί [Arithmoí]; llamado en hebreo במדבר [Bəmidbar]: ‘En el desierto’) es el cuarto libro del Tanaj hebreo (que desde el siglo II d. C. ―aunque con algunas diferencias― es llamado Antiguo Testamento de la Biblia). Es el cuarto libro de la Torá judía (o Pentateuco ―‘los cinco libros’― según su posterior nombre griego).

Viene precedido por el Levítico y seguido por el Deuteronomio.

El nombre original del Libro de los Números es במדבר, /bamidbar/ (‘[libro de] en el desierto’) en hebreo. En el siglo III a. C. el Bamibdar fue traducido al griego por los Setenta, con el nombre de Αριθμοί, /arizmoí/ (‘números’).

Todo el libro está poblado de números, que consigna con minuciosidad extrema: la cantidad de jefes de las tribus (cap. 7); número de las poblaciones y libaciones necesarias (13); cuenta de la cantidad de hombres sublevados (16:2); cabezas de ganado que han de ser destinadas al sacrificio ritual (28-29); cantidad de botín y su reparto exacto (31); agrimensura y dimensiones del territorio (35); incluso recuentos minuciosos de las leyes y los relatos contados.

Es posible que el libro exagere o idealice algo la cantidad de hebreos, pero es innegable que, más allá de ello, pinta un cuadro de la vida y la sociedad de aquellos tiempos con una fuerza incomparable, describiendo incluso con gran vivacidad el desierto del Néguev y la manera de vivir en él.

Más de una vez se expresa que Moisés se dedicó a registrar cada sitio donde los hebreos se detenían, cada oasis y cada campamento.


Como es habitual en los libros del Antiguo Testamento, su pertenencia a la serie de «libros históricos» es afirmada tanto por la Iglesia católica, como por el resto de grandes confesiones, ortodoxas, protestantes originarias etc. Otros autores afirman que ello no implica que corresponda al género histórico como se lo entiende hoy.

En el primer caso, en la misma línea que la tradición judía, la historia refleja ampliamente hechos históricos acontecidos, que hablan de la relación de Dios con el pueblo judío. Para los segundos no habría más que mitos y leyendas que en cualquier caso nadie ha podido tampoco negar.

La arqueología trabaja desde hace un siglo en tratar de averiguar la veracidad y detalle del contenido histórico de este libro. No cabe duda alguna que al menos todos los aspectos culturales quedan muy reafirmados por haberse conservado en su esencia en el judaísmo del templo hasta tiempos de Jesús. Además de la propia certificación que los autores del Nuevo Testamento ofrecen al dar por históricos estos hechos. Así como lo hacen numerosos otros libros posteriores de la propia biblia.

La arqueología no ha podido ni negar ni confirmar la completa veracidad de todo lo narrado. Como es común, los autores discuten sobre numerosas y a veces contradictorias hipótesis.

Las narraciones se interrumpen constantemente para insertar textos jurídicos. Es por ello que el plan de trabajo histórico se diluye a menudo, cosa que no ocurre con el plan teológico del libro.

viernes, 25 de septiembre de 2020

Cadena de puro Jubilo

Santidad y Justicia


 

Aceite


 

Leyes para las ofrendas


 

Cap 18


Utilizar machos sin defectos para los holocaustos
 

Levítico 10


Leyes acerca de la lepra


 

Preparación de los holocaustos


 

Levítico

 El Levítico (en griego: Λευιτικός, Leyitikós, ‘acerca de los Levitas’; en hebreo: ויקרא [Vayikra], ‘y Él llamó’) es uno de los libros bíblicos del Antiguo Testamento y del Tanaj. Aunque tenga fragmentos más antiguos, hay consenso entre los estudiosos de la Biblia en que adquirió su actual forma durante el período persa, entre los siglos VI y IV A.C. Forma parte del Pentateuco, y de la Torá judía (“La Ley”). Se lo cuenta entre los libros históricos y en ambas versiones es el tercero, ubicado entre Éxodo y Números.

El libro se denomina Levítico porque se trata, en esencia, de un manual religioso para uso de los levitas, sacerdotes encargados del culto, escogidos de entre los miembros de la tribu de Leví. La tradición judeocristiana lo atribuye a la pluma del patriarca Moisés, como los demás libros del Pentateuco. Pero la concepción de autor en el Pentateuco no se entiende como entendemos hoy. Moisés puede ser autor de algunos fragmentos de Levítico, o del Pentateuco, pero no es el autor del todo. No hay un único autor, como se pensó durante mucho tiempo. Por el simple hecho que nadie puede narrar su propia muerte, en el caso de Moisés. Estos libros están compuestos por diversos autores, de diferentes contextos y épocas y su relato depende de este dato. Se acepta hoy que proviene de tradiciones o corrientes de pensamiento que son: Yahwista, Elohista, Deuteronomista y Sacerdotal.

El contenido del Levítico puede dividirse en tres partes:

  1. Leyes referidas a los sacrificios,
  2. Consagración de los sacerdotes,
  3. Leyes referidas a la pureza y santidad (referida a la relación con Dios y con los demás).

Sacrificio

El libro ordena preferir los sacrificios al modo antiguo, esto es, ofreciendo en holocausto ciertos animales, aceptando la oferta vegetal solo como segunda opción.

Toda la primera parte del Levítico consiste en disposiciones técnicas acerca de estos sacrificios (Lev., caps. 1-7).

Presenta tres tipos de sacrificios: el holocausto, el sacrificios de oblación y el sacrificio de comunión. Cada uno de estos tipos de sacrificio tiene un significado distinto. En el holocausto, el altar pone en contacto lo sagrado con lo profano dándole santidad a la ofrenda. La oblación recuerda que la tierra entera es pertenencia de Dios. El sacrificio de comunión (o sacrificio de paz) tiene la función de contactar lo sagrado con lo profano en el contexto de la comunidad de tal forma que los vínculos familiares puedan reforzarse.

Autoridades

Para ofrecer convenientemente los holocaustos se hacía necesaria una autoridad litúrgica que presidiera las celebraciones.

Levítico crea, pues, la clase eclesiástica hebrea, personificada en algunos de los miembros de la tribu de Leví: los sacerdotes. Aplicando órdenes de Dios, se dan estos cargos a Aarón, sus hijos y sus descendientes (8-10), designados Cohanim.

Pureza

Las leyes de pureza ocupan gran parte del resto del libro (11-16).

Levítico


Ordenanzas de Holocausto

 

jueves, 24 de septiembre de 2020

Altar de incienso

 


Ungir a sacerdotes


 

Vestiduras del Sumo sacerdote




 

Arca del pacto

 


Exodo capitulo 37 

Hizo también Bezaleel el arca de madera de acacia; su longitud era de dos codos y medio, su anchura de codo y medio, y su altura de codo y medio.
Y la cubrió de oro puro por dentro y por fuera, y le hizo una cornisa de oro en derredor.
Además fundió para ella cuatro anillos de oro a sus cuatro esquinas; en un lado dos anillos y en el otro lado dos anillos.
Hizo también varas de madera de acacia, y las cubrió de oro.
Y metió las varas por los anillos a los lados del arca, para llevar el arca.
Hizo asimismo el propiciatorio de oro puro; su longitud de dos codos y medio, y su anchura de codo y medio.
Hizo también los dos querubines de oro, labrados a martillo, en los dos extremos del propiciatorio.
Un querubín a un extremo, y otro querubín al otro extremo; de una pieza con el propiciatorio hizo los querubines a sus dos extremos.
Y los querubines extendían sus alas por encima, cubriendo con sus alas el propiciatorio; y sus rostros el uno enfrente del otro miraban hacia el propiciatorio.
Hizo también la mesa de madera de acacia; su longitud de dos codos, su anchura de un codo, y de codo y medio su altura;
y la cubrió de oro puro, y le hizo una cornisa de oro alrededor.
Le hizo también una moldura de un palmo menor de anchura alrededor, e hizo en derredor de la moldura una cornisa de oro.
Le hizo asimismo de fundición cuatro anillos de oro, y los puso a las cuatro esquinas que correspondían a las cuatro patas de ella.
Debajo de la moldura estaban los anillos, por los cuales se metían las varas para llevar la mesa.
E hizo las varas de madera de acacia para llevar la mesa, y las cubrió de oro.
También hizo los utensilios que habían de estar sobre la mesa, sus platos, sus cucharas, sus cubiertos y sus tazones con que se había de libar, de oro fino.
Hizo asimismo el candelero de oro puro, labrado a martillo; su pie, su caña, sus copas, sus manzanas y sus flores eran de lo mismo.
De sus lados salían seis brazos; tres brazos de un lado del candelero, y otros tres brazos del otro lado del candelero.
En un brazo, tres copas en forma de flor de almendro, una manzana y una flor, y en otro brazo tres copas en figura de flor de almendro, una manzana y una flor; así en los seis brazos que salían del candelero.
Y en la caña del candelero había cuatro copas en figura de flor de almendro, sus manzanas y sus flores,
y una manzana debajo de dos brazos del mismo, y otra manzana debajo de otros dos brazos del mismo, y otra manzana debajo de los otros dos brazos del mismo, conforme a los seis brazos que salían de él.
Sus manzanas y sus brazos eran de lo mismo; todo era una pieza labrada a martillo, de oro puro.
Hizo asimismo sus siete lamparillas, sus despabiladeras y sus platillos, de oro puro.
De un talento de oro puro lo hizo, con todos sus utensilios.
Hizo también el altar del incienso, de madera de acacia; de un codo su longitud, y de otro codo su anchura; era cuadrado, y su altura de dos codos; y sus cuernos de la misma pieza.
Y lo cubrió de oro puro, su cubierta y sus paredes alrededor, y sus cuernos, y le hizo una cornisa de oro alrededor.
Le hizo también dos anillos de oro debajo de la cornisa en las dos esquinas a los dos lados, para meter por ellos las varas con que había de ser conducido.
E hizo las varas de madera de acacia, y las cubrió de oro.
Hizo asimismo el aceite santo de la unción, y el incienso puro, aromático, según el arte del perfumador.


Tabernáculo de Moisés


ÉXODO 36:8-38 Todos los sabios de corazón de entre los que hacían la obra, hicieron el tabernáculo de diez cortinas de lino torcido, azul, púrpura y carmesí; las hicieron con querubines de obra primorosa.
36:9 La longitud de una cortina era de veintiocho codos, y la anchura de cuatro codos; todas las cortinas eran de igual medida.
Cinco de las cortinas las unió entre sí, y asimismo unió las otras cinco cortinas entre sí.
E hizo lazadas de azul en la orilla de la cortina que estaba al extremo de la primera serie; e hizo lo mismo en la orilla de la cortina final de la segunda serie.
Cincuenta lazadas hizo en la primera cortina, y otras cincuenta en la orilla de la cortina de la segunda serie; las lazadas de la una correspondían a las de la otra.
Hizo también cincuenta corchetes de oro, con los cuales enlazó las cortinas una con otra, y así quedó formado un tabernáculo.
Hizo asimismo cortinas de pelo de cabra para una tienda sobre el tabernáculo; once cortinas hizo.
La longitud de una cortina era de treinta codos, y la anchura de cuatro codos; las once cortinas tenían una misma medida.
Y unió cinco de las cortinas aparte, y las otras seis cortinas aparte.
Hizo además cincuenta lazadas en la orilla de la cortina que estaba al extremo de la primera serie, y otras cincuenta lazadas en la orilla de la cortina final de la segunda serie.
 Hizo también cincuenta corchetes de bronce para enlazar la tienda, de modo que fuese una.
E hizo para la tienda una cubierta de pieles de carneros teñidas de rojo, y otra cubierta de pieles de tejones encima.
Además hizo para el tabernáculo las tablas de madera de acacia, derechas.
La longitud de cada tabla era de diez codos, y de codo y medio la anchura.
Cada tabla tenía dos espigas, para unirlas una con otra; así hizo todas las tablas del tabernáculo.
Hizo, pues, las tablas para el tabernáculo; veinte tablas al lado del sur, al mediodía.
Hizo también cuarenta basas de plata debajo de las veinte tablas: dos basas debajo de una tabla, para sus dos espigas, y dos basas debajo de otra tabla para sus dos espigas.
Y para el otro lado del tabernáculo, al lado norte, hizo otras veinte tablas,
con sus cuarenta basas de plata; dos basas debajo de una tabla, y dos basas debajo de otra tabla.
Y para el lado occidental del tabernáculo hizo seis tablas.
Para las esquinas del tabernáculo en los dos lados hizo dos tablas,
las cuales se unían desde abajo, y por arriba se ajustaban con un gozne; así hizo a la una y a la otra en las dos esquinas.
eran, pues, ocho tablas, y sus basas de plata dieciséis; dos basas debajo de cada tabla.
Hizo también las barras de madera de acacia; cinco para las tablas de un lado del tabernáculo,
cinco barras para las tablas del otro lado del tabernáculo, y cinco barras para las tablas del lado posterior del tabernáculo hacia el occidente.
E hizo que la barra de en medio pasase por en medio de las tablas de un extremo al otro.
Y cubrió de oro las tablas, e hizo de oro los anillos de ellas, por donde pasasen las barras; cubrió también de oro las barras.
Hizo asimismo el velo de azul, púrpura, carmesí y lino torcido; lo hizo con querubines de obra primorosa.
Y para él hizo cuatro columnas de madera de acacia, y las cubrió de oro, y sus capiteles eran de oro; y fundió para ellas cuatro basas de plata.
Hizo también el velo para la puerta del tabernáculo, de azul, púrpura, carmesí y lino torcido, obra de recamador;
y sus cinco columnas con sus capiteles; y cubrió de oro los capiteles y las molduras, e hizo de bronce sus cinco basas.


 

Éxodo 23


 

Éxodo 33


 

Éxodo 19


 

1er mandamiento con promesa


 

Mandamientos



 Éxodo 20:1-17 Y habló Dios todas estas palabras, diciendo: 
Yo soy Jehová tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre. 
No tendrás dioses ajenos delante de mí.
No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. 
No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen, 
y hago misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos. 
No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano; porque no dará por inocente Jehová al que tomare su nombre en vano. 
Acuérdate del día de reposo para santificarlo. 
Seis días trabajarás, y harás toda tu obra; 
mas el séptimo día es reposo para Jehová tu Dios; no hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas. 
Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el día de reposo y lo santificó. 
Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da. 
No matarás. 
No cometerás adulterio. 
No hurtarás. 
No hablarás contra tu prójimo falso testimonio. 
No codiciarás la casa de tu prójimo, no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su criada, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo. 

 

miércoles, 23 de septiembre de 2020

Varón de Guerra - Tony Perez

Abrió el Mar Ebenezer

Gloria de Dios



Éxodo 15:1-2 Entonces cantó Moisés y los hijos de Israel este cántico a Jehová, y dijeron: 
Cantaré yo a Jehová, porque se ha magnificado grandemente; Ha echado en el mar al caballo y al jinete.  Jehová es mi fortaleza y mi cántico, Y ha sido mi salvación. Este es mi Dios, y lo alabaré; 
Dios de mi padre, y lo enalteceré.
 

Exodo 12


 

Éxodo 14


 

Moisés abre el mar


 

Éxodo 6:6 Por tanto, dirás a los hijos de Israel: Yo soy JEHOVÁ; y yo os sacaré de debajo de las tareas pesadas de Egipto, y os libraré de su servidumbre, y os redimiré con brazo extendido, y con juicios grandes; 

Éxodo 14:15-16 Entonces Jehová dijo a Moisés: ¿Por qué clamas a mí? Di a los hijos de Israel que marchen. Y tú alza tu vara, y extiende tu mano sobre el mar, y divídelo, y entren los hijos de Israel por en medio del mar, en seco. 


Consagración de los primogénitos

Éxodo 13:2-16 Conságrame todo primogénito. Cualquiera que abre matriz entre los hijos de Israel, así de los hombres como de los animales, mío es. Y Moisés dijo al pueblo: Tened memoria de este día, en el cual habéis salido de Egipto, de la casa de servidumbre, pues Jehová os ha sacado de aquí con mano fuerte; por tanto, no comeréis leudado. Vosotros salís hoy en el mes de Abib.  Y cuando Jehová te hubiere metido en la tierra del cananeo, del heteo, del amorreo, del heveo y del jebuseo, la cual juró a tus padres que te daría, tierra que destila leche y miel, harás esta celebración en este mes. Siete días comerás pan sin leudar, y el séptimo día será fiesta para Jehová.  Por los siete días se comerán los panes sin levadura, y no se verá contigo nada leudado, ni levadura, en todo tu territorio.  Y lo contarás en aquel día a tu hijo, diciendo: Se hace esto con motivo de lo que Jehová hizo conmigo cuando me sacó de Egipto.  Y te será como una señal sobre tu mano, y como un memorial delante de tus ojos, para que la ley de Jehová esté en tu boca; por cuanto con mano fuerte te sacó Jehová de Egipto.  Por tanto, tú guardarás este rito en su tiempo de año en año.  Y cuando Jehová te haya metido en la tierra del cananeo, como te ha jurado a ti y a tus padres, y cuando te la hubiere dado,  dedicarás a Jehová todo aquel que abriere matriz, y asimismo todo primer nacido de tus animales; los machos serán de Jehová.  Mas todo primogénito de asno redimirás con un cordero; y si no lo redimieres, quebrarás su cerviz. También redimirás al primogénito de tus hijos.  Y cuando mañana te pregunte tu hijo, diciendo: ¿Qué es esto?, le dirás: Jehová nos sacó con mano fuerte de Egipto, de casa de servidumbre;  y endureciéndose Faraón para no dejarnos ir, Jehová hizo morir en la tierra de Egipto a todo primogénito, desde el primogénito humano hasta el primogénito de la bestia; y por esta causa yo sacrifico para Jehová todo primogénito macho, y redimo al primogénito de mis hijos.  Te será, pues, como una señal sobre tu mano, y por un memorial delante de tus ojos, por cuanto Jehová nos sacó de Egipto con mano fuerte. 

Señal en las casas



Para que ninguna plaga tocara la morada de los hijos de Israel deberían poner por señal sangre de un cordero en los dinteles de las puertas y ventanas como señal para que el ángel de la muerte pasará de largo