jueves, 4 de octubre de 2012

Celos


“Asimismo vosotras, mujeres, estad sujetas a vuestros maridos; para que también los que no creen a la palabra, sean ganados sin palabra por la conducta de sus esposas, considerando vuestra conducta casta y respetuosa”.
1 Pedro 3: 1, 2
Todos sabemos que son los celos, en algún momento los hemos sentido de una u otra forma, todos los seres humanos hemos experimentado ese sentimiento incomodo que nos lleva muchas veces a decir o hacer cosas indebidas.
La Biblia describe a los celos como: Obras de la Carne. (1 Corintios 3:2 y Gálatas 5:20)
Los celos en una relación de matrimonio pueden arruinar la relación, pues los celos sonmuestra de desconfianza y donde no hay confianza seguramente falta amor.
Se supone que los cristianos vivimos para amar a nuestras esposas y las esposas para amar a sus esposos, todo aquel que tenga bien definido este termino tratara siempre de ser fiel a quien prometió amor hasta que la muerte los separe.
Lastimosamente hay esposos y esposas que son paranoicos, es decir que tiene celos desmedido por cualquier cosa, hasta la situación mas inofensiva provoca celos y dichos celos traen como consecuencia discusiones, y en dichas discusiones puede aflorar el antiguo hombre y la antigua mujer, permitiendo que palabras no adecuadas salgan de su boca y provoquen una ofensa dolorosa.
La pregunta seria: ¿Qué piensas ganar a base de celos o cual es tu objetivo demostrándolos?
Personalmente pienso que los celos lo único que hacen es destruir una bonita relación, mas cuando no hay una razón valedera para tenerlos.

CELOS DE ESPOSOS

Por lo general los hombres somos un poco despistados, no nos percatamos de las cosas tan fácilmente como lo hacen las mujeres que pueden detectar detalles mínimos, nosotros los hombres tenemos que ver las misma escena varias veces para percatarnos de detalles. Pero eso no quiere decir que no existan celos en los hombres, es más, me atrevería a decir que cuando los hombres demuestran celos lo hacen de una forma mucho más fuerte que las mujeres, aunque no con la regularidad con que lo hacen las mujeres, los hombres también pueden padecer de celos desmedidos.
Tenemos que aprender como buenos cristianos que los celos no es algo que debería existir en nuestra vida, ni mucho menos en nuestra relación de matrimonio. Los Celos destruyen hogares, roban el amor con el que Dios quiere que nos tratemos, los celos solo traen consigo consecuencias negativas y falta de confianza, mas la voluntad de Dios en una pareja no es que los celos sean el pan de cada día, sino que podamos comprender que el amor que un día nos prometimos, es el que debe existir cada día de nuestra vida.
Como hijos de Dios nosotros los hombre tenemos que aprender a confiar en nuestra esposa, a permitir que ella tenga las amistades que quiera y pueda tener, sabiendo de antemano que por amor a ti, tratara de respetarte, que no hará nada que pueda dañar la relación que un día comenzaron y la cual ira floreciendo cada día mientras pasen los años.
Esposos que me leen, tratemos de ver no con nuestros ojos carnales, sino con los ojos de Cristo, no veamos a las amistades de nuestra esposa como una competencia, ¿Acaso piensas que te pueden robar a tu esposa?, ¿Qué ella dejara de amarte?, ¿O que hay alguien que sea mejor que tu para tu esposa?
Todo eso es señal de desconfianza, antes que te casaras con esa mujer le pediste matrimonio, quizá lo hiciste de una forma única en donde tu amada no pudo soportar las lagrimas de felicidad, cuando te dio el “SI” te lo dijo porque quería pasar el resto de su vida contigo, porque te amaba, porque estaba segura que tu así como eres, con tus defectos y virtudes eras el hombre que con el que ella deseaba pasar el resto de su vida. Entonces frente a esto: ¿Cuál es tu temor?, ¿Por qué tantos celos?, Ámala, respétala, permítele ser libre, ella no es tu esclava, es tu ayuda idónea, un vaso frágil al que debes amar, pues un día le prometiste amararla en las buenas y en la malas. ¡Basta ya de tantos celos del demonio!
No permitas que los celos te roben la bendición de una familia, esos celos enfermizos que te llevan a reaccionar no como un cristiano hijo de Dios nacido de nuevo, sino como una persona sin sentimientos que piensa que con decir lo que siente en ese momento impondrá respeto y temor a su esposa. ¿Qué es lo que quieres?, ¿Qué tu esposa te respete por miedo a lo que puedes decirle o hacerle?, ó ¿Qué tu esposa te respete por el amor que le tienes y excelente que la tratas?

CELOS DE LAS ESPOSAS

Definitivamente todo lo que escribí antes también se aplica a la esposa, puesto que es triste también ver como hay esposas que desesperan a sus maridos por esos celos tan enfermizos que poco a poco están carcomiendo su relación de matrimonio.
Hay muchas esposas que permiten que la televisión las influencie a ser “esposas duramente celosas”. Hay mujeres que pasan conectadas a la televisión viendo novelas y programas que trasmiten esa clase de matrimonios en donde los engaños, las infidelidades y el desamor son la base que rodea a esos programas de televisión. Las mujeres están tan impregnadas de esas ideas que ven por la televisión que creen que su matrimonio puede ser igual o peor, eso hace que a la mínima sospecha actúen ferozmente en contra de su esposo, aquel hombre que quizá ni por su mente pasa la mínima probabilidad de engañar a la mujer que eligió para pasar el resto de su vida.
Las mujeres muchas veces no se dan cuenta que con tanto reclamo sin fundamento y tantas palabras que salen de su boca como cual ametralladora lo único que hacen es crear en su esposo un sentimiento de desconfianza hacia el. Ahora el esposo no se sentirá tranquilo de nada, pues la esposa de celos enfermizos revisa hasta el mínimo detalle de el, su ropa, su celular, sus archivos, su computadora, ¡hasta su correo electrónico!, ¡POR FAVOR!, ¿Qué clase de relación amorosa y de matrimonio es esa?, no me vengas con el cuento que tienes que investigar todo porque puede estarte engañando, pues para que te engañe antes de engañarte a ti, tiene que fallarle al Señor, fallarle a tus hijos, a su familia, a todo mundo. Creo que un cristiano verdadero pensaría seriamente todo lo que perderá antes de caer en una infidelidad.
No provoques a tu esposo a que te sea infiel, ya que de tanto darle al mismo tema y reaccionar a la mínima sospecha tu esposo se puede cansar, desanimar y tu misma lo puedes llevar a caer en ese error que le costara muchas cosas en su vida. En lugar de mantener celos constantes, ámalo, atiéndelo como a un rey, demuéstrale confianza, que el pueda contarte todo, dale motivos para que este seguro que puede contarte cualquier cosa sin caer en peleas y cuestionamientos llenos de celos. Evita por todos los medios caer en los repetitivos cuestionamientos sobre su fidelidad a ti. Confía en el y en el amor que un día te prometió y por el cual ahora son una familia.

LA CONFIANZA ES ESENCIAL EN UN MATRIMONIO

Si hay algo que debemos cultivar en nuestro matrimonio es la confianza, pues la desconfianza va destruyendo poco a poco la relación, mas la confianza la fortalece. Que los celos en el matrimonio no se conviertan en la razón de una dolorosa separación o de errores que pueden costarnos mucho en la vida, tanto familia y secular, como espiritual.
Esposos amen a sus esposas, confíen en ella, trátenla como una reina, igualmente esposas confíen en su marido, ámenlos, trátenlos bien, que ellos quieran estar en casa porque hay un ambiente de amor y confianza y no que prefieran trabajar horas extras por no llegara temprano a casa y enfrentarse a las mismas peleas de siempre.
Recordemos que la base fundamental de la sociedad y de la Iglesia es la Familia, cuando en la familia hay un ambiento lindo, la Iglesia también puede percibirlo y será bendecida, pero cuando las familias tienen ciertos roces, problemas constantes, también la Iglesia se ve afectada y sobre todo el Nombre de nuestro Dios.
Demos testimonio al mundo que nuestros matrimonios son diferentes al promedio, que en nuestro hogar existe un verdadero AMOR, una verdadera CONFIANZA, un hermosoAMBIENTE, provocado por Dios mismo y por el amor del uno hacia el otro.

“Vosotros, maridos, igualmente, vivid con ellas sabiamente, dando honor a la mujer como a vaso más frágil, y como a coherederas de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no tengan estorbo”.

1 Pedro 3:7

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